La jugada final, que a la postre otorgo el triunfo al Alavés, merece, al menos, dos lecturas de distinto corte cada una.
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Por un lado, y desde el puntro de vista técnico, es obvio que cerrar el partido, para quedarse con un punto al menos, ... a segundos del pitido final, es tan importante como intentar marcar y obtener la victoria.
Por ello te exige tapar a toda costa cualquier posibilidad de contraataque que se pueda producir y que de consumarse, te dejaria sentenciado y sin posibilidad de reacción.
Desde el punto de vista del juego en su conjunto, y aún sabiendo que el fútbol pierde su memoria al empezar cada temporada, no vayamos a caer en el error de tildar de malo el juego del equipo. Eso sí que sería un error gravísimo amén de una falta notable de criterio futbolístico.
Otra cosa bien diferente es que, y aunque a alguno le pueda parecer una cuestión menor, la ausencia de Jaime Mata lastre al equipo durante un montón de jornadas aún. Nos parezca bien o mal.
Antes de seguir avanzando en el analisis, vaya por delante que yo me apunto a que el equipo siga jugando así, sin descomponerse ni desubicarse, y en espera de que el 9 deseado, sea turco, croata o de Tudela de Duero, haga acto de presencia con sus goles.
¿O acaso creemos que el equipo jugó ayer distinto a como lo hizo el dia del Barça, o como lo hizo en los partidos finales que nos llevaron al ascenso? Pues no, no lo hizo diferente con la salvedad de que esto es Primera División y que ya no está el nueve de la temporada pasada.
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Sin embargo, hay cosas que desde el asiento de espectador se ven diferentes que a pie de campo. A simple vista, Óscar Plano, en los escasísimos minutos que jugó en la banda izquierda, amagó y fintó para penetrar por su lado hasta llegar casi al palo. Me recordó a los antiguos extremos que ejercían de lo que eran para mayor esplendor en el juego.
Y aun reconociendo que esa zurda afortunada del madrileño ha dado magníficos momentos y resultados en otras demarcaciones, yo me apunto a ese once bueno, que maneja y retiene la pelota sin perderla para que le desdoble el lateral.
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Y es que Óscar, amén de ser un jugador dotado para ejercer como «tirado atrás» que dicen en Sudamérica, daría opción para ver a Toni en su verdadera posición como diez del equipo. Menos encorsetado en la banda y mas libre en el centro, aunque al chaval le guste otra cosa.
De igual forma que a Ivi, diestro de nacimiento, le faltaron mas minutos para suplir a un Keko generoso y trabajador en la misma cuantía que desafortunado en último metro. El resto del equipo, impecables en su trabajo e intensos en su afán. Sigamos así y esperemos al nueve. ¡Llegará!
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