RCD Espanyol, un equipo con dudas en defensa y claridad ante el gol

Esta siendo un arranque complicado para el RCD Espanyol. Solamente ha logrado una victoria en las ocho jornadas que ya se han disputado y ha recibido 16 goles. Las cuentas de goles encajados se disparan a dos por partido y de esta forma sumar los tres puntos se convierte en una misión, casi, imposible. Todo ello a pesar de contar con un ataque repleto de grandísimos futbolistas como Edu Expósito, Javi Puado, Sergi Darder y, sobre todo, Martin Braithwaite y Joselu Mato. El delantero gallego suma seis tantos en este inicio de curso y se ha convertido en la referencia 'perica'. Es el hombre gol de los blanquiazules y llega al partido frente al Real Valladolid en estado de gracia. Todo lo contrario ocurre en el área propia donde sus dos porteros, Álvaro Fernández y el francés Benjamin Lecomte, han acotado las opciones de conseguir mejores resultados tras varios errores groseros de forma continuada. Diego Martínez necesita de forma imperiosa hacer de su equipo un bloque mucho más sólido para aprovechar las rachas de viento a favor que sus atacantes provocan con su buen hacer ofensivo.

Joselu es la piedra angular. El gol se lleva dentro y Joselu Mato nació con ese don. Si al delantero gallego le pones alfombra roja en el área te fulmina. Si le marcas encima, le aprietas y le molestas es posible que también. Suma ya seis tantos en ocho partidos y el mensaje ofensivo que lanza el conjunto blanquiazul es bastante cristalino: son el quinto equipo que más centros al área coloca desde las bandas de LaLiga (112; 14 por partido). El objetivo es claro, encontrar a uno de los delanteros que mejor domina el remate de cabeza de la competición. Joselu promedia 3,2 remates por partido convirtiéndose en el tercer futbolista que más opciones tiene de disparo tras Benzema y Lewandowski. Esto es una señal evidente de que el RCD Espanyol es un conjunto muy capaz de elaborar ataques fluidos y crear muchas ocasiones de peligro. El '9' perico es un delantero centro al uso. Aprovecha muy bien su corpulencia para generar ventajas en cualquier zona del terreno de juego, ganador de duelos aéreos (6 por partido; 68% éxito), sabe romper al espacio y sobresale ante cualquier defensa en área rival. Líder del ataque españolista.

La otra señal evidente de que el RCD Espanyol es capaz de generar ataques efectivos tiene nombre y apellidos. Se llama Sergi Darder. La varita mágica que Diego Martínez posee sobre el terreno de juego ofrece multitud de recursos ofensivos. Darder es el futbolista de LaLiga que más pases clave para el remate de sus compañeros promedia por partido (2,6) y además el tercero que más grandes ocasiones ha creado (5). Ha dado una asistencia y cada vez que tiene opción de transitar hacia el área rival es un futbolista privilegiado para poner a correr a sus compañeros.

Una portería plagada de errores. Álvaro Fernández y Benjamin Lecomte han arrancado la competición cometiendo varios fallos impropios del máximo nivel. Errores que han costado a su equipo no poder sumar varios puntos más y acabar partidos con buen juego y buenas sensaciones que no se transformaron en puntos. Dos porteros que en épocas anteriores habían dado grandes muestras de solidez y que ahora parecen mermados en su confianza atravesando un mal momento individual. Su estado de forma condiciona toda la faceta defensiva, pero el mal arranque en este aspecto también va más allá de las actuaciones individuales de los porteros. El RCD Espanyol está permitiendo demasiado en área propia. Es el quinto equipo que más remates entre los tres palos ha concedido (36) a pesar de los casi cinco despejes por partido de Leandro Cabrera. Ha probado Diego Martínez con una línea de cuatro defensas, con tres centrales y dos carrileros, con un central (Calero) de lateral derecho, pero no consigue ajustar el sistema defensivo. El único intocable en esa zaga es el lateral izquierdo, ex del Real Valladolid promesas, Brian Oliván. Un jugador que llega mucho al último tercio de ataque y, hasta el momento, el que más centra de LaLiga (40). Del mismo modo que los blanquiazules fluyen muy rápido hacia arriba tienen problemas para replegar y correr hacia atrás cuando pierden el balón en posiciones del centro del campo.

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