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Javi Moyano en la fiesta por el ascenso a Primera División. A.MINGUEZA
Javi Moyano:«El equipo llega en buen momento y tiene que aprovecharlo»

Javi Moyano:«El equipo llega en buen momento y tiene que aprovecharlo»

Aquel ascenso del 2018 ·

El que fuera capitán blanquivioleta rememora la mágica temporada 2017-18 llena de altibajos en la que la llegada de Sergio González fue clave para conseguir el objetivo, ya que aportó «mucha frescura mental»

Nuria Galindo

Valladolid

Sábado, 28 de mayo 2022

Si existiera una máquina en el tiempo, Javi Moyano no dudaría en transportarse a la temporada 2017-18. Pasarán los años y el amor hacia el Real Valladolid, club en el que militó cinco temporadas, seguirá intacto. Nada más certificar el ascenso, un 16 de junio de 2018, el lateral derecho fue el primero en coger el micrófono y dirigirse a la afición cantando al unísono: ¡Pucela es de Primera! «Es el club más importante en mi carrera deportiva. Cuando estás tanto tiempo te involucras con la ciudad y con sus proyectos, siempre estaré agradecido», recuerda el excapitán blanquivioleta.

El Real Valladolid dirigido por Luis César Sampedro empezó con paso firme la temporada. «El equipo entendió lo que pedía el míster, pero tuvimos altibajos». El equipo alternaba buenos partidos en el José Zorrilla con malos resultados y sensaciones a domicilio donde no terminaba de arrancar. «Entramos en una dinámica de resultados que nos alejaba de los primeros puestos y la afición se impacientó. La Segunda División es larga e igualada y teníamos la exigencia de estar arriba».

La falta de regularidad llevó a la dirección deportiva a prescindir de los servicios de Luis César Sampedro. El elegido para endurecer el rumbo fue Sergio González que llegaba a la disciplina blanquivioleta para afrontar las últimas ocho jornadas ligueras y con el objetivo de alcanzar los 'play-off'. «Nos liberó de toda la presión que nos habíamos metido internamente con el objetivo de estar arriba. Aportó frescura metal. El equipo empezó a encadenar buenas sensaciones y entramos en una dinámica que no tiene explicación deportiva. Nos hizo jugar de forma sencilla, pero efectiva. Se demostró que había una muy buena plantilla», recuerda el jugador del Castellón, quien destaca que esos dos meses fueron mágicos.

Una conjura que surtió efecto

La derrota ante el Real Zaragoza (3-2) en la penúltima jornada lejos de suponer un golpe, significó un punto de inflexión. «Se produjo una conjura en la que estabamos presentes todos: el cuerpo técnico, los encargados del material, los delegados y los jugadores. En esa charla nos dimos cuenta de que estábamos a tiempo de conseguir el objetivo. Si ganábamos el último partido nos clasificábamos para los 'play-off'». Y así fue, el Real Valladolid aprovechó el impulso anímico para doblegar a Osasuna y asegurarse estar en puestos de promoción. «Éramos el equipo por el que menos se apostaba por el hecho de clasificarnos a última hora. Nos daba tranquilidad que si jugábamos como lo habíamos hecho la última jornada teníamos muchas opciones». Los blanquivioletas se mostraron intratables en la eliminatoria, su primera víctima fue el Sporting de Gijón, rival que estuvo la mayor parte de la temporada en puestos de ascenso directo. «Pudo parecer fácil, pero no lo fue. Hicimos muy buena comunión con la afición», agrega Moyano. El Real Valladolid esperaba al Numancia en la final para seguir prolongando su buena ola de resultados. «Hicimos cuatro partidos de fase de ascenso casi perfectos», incidiendo en el 0-3 en Los Pajaritos y el 1-1 en la vuelta.

Cuando Cuatra Fernández pitó el final del partido, los jugadores estaban celebrando el gol de Jaime Mata. «Fue el colofón a su temporada. Pasaron los días y no me creía que habíamos sido capaces de dar la vuelta a una situación que nadie esperaba, nos liberamos todos. Ver a tanta gente volcada y saber que eres participe de hacer a tanta gente feliz, es una sensación increíble».

«Tengo un sentimiento de arraigo con el club y la ciudad»

Desde que Javi Moyano salió del Real Valladolid con destino a Castellón hace ya dos temporadas, se considera un aficionado blanquivioleta. Sufre con sus derrotas y es el primero que se alegra en sus triunfos. Si no coincide con sus partidos, el lateral derecho está pegado al televisor para seguir los duelos de los blanquivioletas. «Tengo un sentimiento de arraigo con el club y con la ciudad. Al Real Valladolid le deseo lo mejor no solo ahora, sino en el futuro próximo. Espero y deseo que esté optando por lo máximo. Tiene una afición exigente que te hace dar tu mejor versión, pero que siempre está con su equipo a muerte». Aunque no se atreve a aventurarse por lo que va a ocurrir el domingo. «Me da la tranquilidad que el equipo transmite que llega en un buen momento a final de la temporada y tiene que aprovecharlo, si puede ser si los demás pinchan para ascender directamente y sino para seguir en esa ola y no bajarse de ella hasta el final de 'play-off'».

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