El Yamiq y Paco Santamaría se llevan a Hongla del campoo tras su expulsión. LOF

El equipo más ingenuo, como poco, de la Liga

Gambeta larga ·

«El Real Valladolid se olvida del fútbol y termina desquiciado ante un Elche, que es un fantasma sin alma ni esperanza, pero que sacó petróleo ante la mediocridad del Pucela»

Juan Ángel Méndez

Sábado, 11 de marzo 2023, 20:03

1

La diferencia entre el tonto y el que se lo hace

Es imposible acotar la línea entre el tonto y el que lo disimula. El ingenuo y el que no da para más. El Real Valladolid se metió directamente en la zanja que divide ambos preceptos. A efectos prácticos, da lo mismo, el resultado no difiere. ... Al Pucela siempre le pasan cosas. Muchas de ellas son surrealistas. Como la de ayer. Increíble. En la libreta de Pacheta, el gol seguro que no aparecía tan pronto. El conjunto blanquivioleta marcó antes del minuto 5. Lo ideal ante un rival muerto, fantasmagórico. Pero nada es suficiente. El once castellano se dedicó a hacerse el tonto, a andar en vez de correr, a dejar pasar el tiempo pensando que un gol era suficiente.

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2

Asenjo pone la guinda a un final de esperpento

Sergio Asenjo no es el que era. Sale de una lesión y se ha encontrado con la titularidad con la misma estampida con la que toma las decisiones de manera apresurada. No es la primera vez que sucede esta temporada. Ayer se quedó a media salida y el Elche le desvirgó el arco en la prolongación. El palentino no dibuja su mejor versión, está lejos de aportar seguridad al equipo desde la última frontera. No bloca, da la sensación de ir sacando la cabeza hasta que llega el gazapo. Ayer lo perpetró en el peor momento, cuando los tres puntos parecían vestir de blanco y violeta. Asenjo tiene mucho más. Es cuestión de que recupere la fe y vuelva a ser él mismo.

3

Jugar a que pase el tiempo, un riesgo inasumible

El Pucela marcó y se dedicó a sestear. Un empate es lo mínimo que le pudo pasar. El Elche está en Segunda. No da señales de vida. Es un cuchillo sin filo, un martillo de goma. El típico rival al que marcas pronto y sentencias antes del descanso. El Real Valladolid hizo lo primero, pero evitó lo segundo. En vez de mantener la mandíbula tensa, jugó con la cerilla y ardió la madera. Pacheta dice que el empate es justo. Difiero. El empate es el regalo que le hizo el cuadro castellano a un rival muerto. La diferencia entre la ambición y el conformismo. No vale de nada marcar y pararte a esperar. El tiempo no pasa solo, hay que poner mucho más.

4

Los cambios, el resultado y las sensaciones

Los entrenadores hablan del fin y los medios. En ocasiones, evitan apuntar al resultado para poner el foco en las sensaciones. Depende de la orilla en la que duerma la balanza. En el caso de Pacheta, el marcador condiciona su libreta. El primer tiempo tuvo 15 minutos de brillo y 30 de sombras. El resultado alumbró el camino. Con 0-1, el técnico mantuvo el plan, que estaba caduco, y no movió ficha. En Vigo, perdiendo e igualmente disperso, hizo dos cambios en el 45. Las sensaciones eran pésimas, pero el tanteo agarró el timón. Pacheta se dejó influir por la victoria ficticia. El Pucela marcó y poco más. El epílogo del segundo acto hizo justicia a la racanería visitante.

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5

Larin, el actor protagonista de una serie yanki

Larin ha llegado a Valladolid con un halo de suerte en el contorno de su esbelta silueta. Tiene una eficacia poco vista en la meseta. El futbolista canadiense podría formar parte del reparto del Príncipe de Bel-Air. Esa sonrisa, esa planta, esa mueca. Este sábado se enceló demasiado con el árbitro. Mucho gesto y poco más. Marcó gracias a un rebote, pero no estuvo fino ni en la prolongación del fútbol directo, ni en los balones que besaron sus botas. Da igual. El Pucela necesita gol y Larin lo tiene. Solo le falta adaptarse y concentrar sus esfuerzos en mejorar, más allá de protestar cada decisión del colegiado. Poco a poco.

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