Encefalograma plano del Real Valladolid de Diego Cocca

Cocca se apuntó a un dibujo con tres centrales en su primer once blanquivioleta, con resultado nefasto. Eray Cömert se incrustó entre Juma y Javi Sánchez, con novedades también en los laterales por las molestias de Luis Pérez, que se quedó en el banquillo. Así, Lucas Rosa ocupó su banda natural por la derecha y David Torres se reubicó en el carril izquierdo con Anuar como ayuda por delante, ya que Moro también fue reservado hasta la segunda parte. El doble pivote Juric-Mario Martín con la presencia de Iván Sánchez como tercer mediocentro y la nueva titularidad de Marcos André completaron la fallida alineación del Pucela. En el Girona, la vuelta de Krejci a la línea de tres centrales por el exblanquivioleta Juanpe Ramírez, la entrada de Iván Martín por el sancionado Oriol Romeu en la medular y la presencia de Abel Ruiz arriba en lugar de Danjuma fueron las novedades de Míchel Sánchez. 

El partido emitió pestilencia táctica desde el principio. El Girona no tardó en avasallar a un Real Valladolid arracimado en torno a la portería de Karl Hein, con un planteamiento ultradefensivo que rápidamente se convirtió en medroso. La llegada de Van de Beek al área blanquivioleta en el minuto 1 empezó a dibujar el guion de un partido que se emborronó rápidamente. El Pucela no olió la bola en los primeros diez minutos y obtuvo algo de respiro posteriormente con faltas sobre la portería de Gazzaniga sin que el guardameta del Girona tuviese trabajo real.

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El conjunto catalán jugó a su antojo en el habitual sistema de múltiples permutas que emplea Míchel Sánchez y que desarboló a un Real Valladolid estático y sin respuestas de ningún tipo. Asprilla percutió por la izquierda de manera continuada, tratando de buscar las cosquillas al reubicado Torres, pero el gran causante del fuego fue Bryan Gil, moviéndose por todo el frente del ataque sin que nadie fuese capaz de echarle el lazo. En una de esas acciones, Iván Sánchez le cazó al borde del área y en la falta el Girona abrió la lata. Miguel disparó y la pelota rebotó en su compañero David López, con Iván Sánchez rompiendo el fuera de juego en su papel de 'cocodrilo' tumbado por detrás de la barrera. El 1-0 no espoleó a unReal Valladolid exangüe, como si el partido no fuese con él y ya mirase de lejos la Primera División. La tónica no cambio, con el Girona mareando a un Real Valladolid que va de mal en peor, con un planteamiento tan triste como cobarde. Un centro de Miguel Gutiérrez lo cazó Abel Ruiz a la espalda de Javi Sánchez para cabecear el 2-0 ante la dimisión de Karl Hein, que opuso una mano de trapo, impropia de un portero de élite. El Pucela se fue al descanso rumiando su desgracia, pero Cocca no alteró el guion, como si diese por buena una derrota no demasiado abultada.

El Girona burreó como quiso a este Real Valladolid mustio hasta lo indecible, sin capacidad siquiera para hacer faltas y que sólo inquietó a Gazzaniga con un disparo de Mario Martín en el minuto 67. Cocca siguió erre que erre, emperrado en no tocar una línea de cinco defensas incapaz de defender nada. Amallah entró por Iván Sánchez y Moro por Juric, sin que nada se alterase en la esencia. El 3-0, obra de Danjuma en un remate sin marca, retrató la incapacidad de este Real Valladolid que ya no mueve ni al enfado, solo a una pena infinita. Con los tres centrales mirando, el delantero del Girona marcó a placer. La entrada de Arnu en el tramo final servirá al canterano para recordar su debut en Primera, pero poco más. El estreno de Diego Cocca con el Pucela resultó un desastre sin paliativos, otra muestra más del proceso de descomposición que atraviesa este club en múltiples frentes. El argentino tiene un trabajo ingente por delante. Lo de Montilivi resultó infame.