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Plata y Aguado se suben a la espalda de Monchu, que marcó el segundo en su primera intervención. Alberto Mingueza
Real Valladolid

El Real Valladolid sigue vivo en la pelea por el ascenso a Primera

El equipo de Pacheta hace los deberes en un partido serio, sin fisuras ni concesiones, que le sirve para doblegar a la Ponferradina y meter más presión al Eibar

Sábado, 14 de mayo 2022, 20:34

¡Detengan el tiempo! Adelanten el calendario para que el Real Valladolid, este equipo redivivo que ahora sí juega en modo solvente, sin florituras ni adornos pero también sin fisuras ni concesiones al rival, pueda jugar mañana en campo del Ibiza y el lunes en ... Zorrilla ante el Huesca. Solo así sabremos antes de tiempo si este repentino cambio de perfil es suficiente para compensar todos y cada uno de los errores impropios que impiden a esta hora vivir en los zapatos de un aficionado del Almería.

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El Pucela tiene ahora prisa y ha acelerado, embutido en su versión más sensata y profesional, en busca de esa segunda plaza de ascenso directo que le pertenece por un puñado de argumentos tan sólidos como sus dos últimas puestas en escena, y que solo se le resiste por deméritos propios.

En el sexto derbi territorial de la temporada dio la respuesta esperada, siguiendo el guion desplegado en Ipurua, y doblegó a la Ponferradina con un juego más efectivo que efectista. Sin demasiado ruido ni estridencias. Como lo hacen los grandes cuando les sobra un partido en el calendario. Un zarpazo en cada parte y que pase el siguente.

Victoria coral que hubo que trabajar desde el primer minuto. Desde el túnel de vestuarios, incluso...

Las molestias de Toni Villa despertaron una duda que Pacheta despejó en el once premiando el denuedo y constancia de Anuar. El canterano es de esa estirpe de jugadores talismán que valen más por lo que aportan saliendo desde el banquillo que desde el pitido inicial. Es como si los poderes le duraran media hora de juego, y hubiera que acelerar todos los procesos para explotarlos. Sucedió en Eibar unos días antes, y esta vez el técnico quiso exprimir su ascendencia en el grupo de salida, profundizando en la banda izquierda pero sin desdeñar todo el trabajo oscuro que lleva a cabo en la parcela ancha.

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En una primera parte espesa por diferentes motivos, fue Anuar quien sacó a flote la ofensiva blanquivioleta con tres actos de fe que dieron vida al Real Valladolid. Ya la había cobrado el equipo de Pacheta en la primera acción del partido, en un balón que recupera Luis Pérez en campo rival y que acaba en las mejores botas posibles, las de Iván Sánchez, para que el jienense conduzca cerca del borde del área -¡qué espectáculo ver conducir a Iván!- y mande a la base del poste izquierdo de la portería de Amir.

No se había cumplido el primer minuto. 1-0 y 90 minutos por delante para repensar el plan de partido. A no pocos aficionados les vino a la cabeza la respuesta en Miranda (0-1 a los tres minutos), y un primer flashazo hizo pensar que se repetiría la historia. La Ponferadina dio un paso adelante, acogotó a su rival en su campo, le hizo dudar con su presión cerca del área y disfrutó de tres ocasiones meridianas a centímetros de Masip. La primera, a balón parado, con Copete como protagonista en el segundo palo; la segunda en un doble disparo de Espiau que el meta catalán solventó cuerpo a tierra; y la tercera en una combinación por la izquierda que acabó con Naranjo a dos metros de la portería rematando desviado.

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Avisos. Globitos sonda que inquietaron a la parroquia, y por momento también al cuerpo técnico, que desde la banda buscó soluciones para retomar el control perdido en el centro del campo.

Habría que esperar al paso por vestuarios para recuperarlo después de una primera parte plomiza en la que el Pucela echó en falta la profundidad y superioridad por bandas exhibida en sus dos actuaciones previas.

Con pequeños ajustes se consiguió mejorar en dominio en los primeros compases de la segunda parte, y el balón empezó a frecuentar mucho más el área de Amir. En parte por una presión adelantada con la que se recuperaba la posesión más cerca de la portería, y en buena medida por el despertar de Roque Mesa en la medular.

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Ese regreso al partido del Real Valladolid le pilló con el paso cambiado al equipo de Bolo, que rápidamente trató de igualar fuerzas con la entrada de Dani Ojeda sin que su movimiento tuviera la repercusión que los realizados desde el otro banquillo. Si a lo largo de la temporada la gestión de los cambios ha dejado en ocasiones mucho que desear, en esta ocasión Pacheta no pudo estar más acertado. Felizmente afortunado incluso.

La varita con la que tocó a Monchu la sacó a la hora de juego. El centrocampista balear entró por Anuar coincidiendo con una falta escorada a la izquierda a favor de los locales, corrió directo a sacarla.... y en el primer balón que tocó lo coló en la portería con la inestimable ayuda del meta iraní de la Ponferradina. Gol de falta directa, casi con el balón en el córner, y partido encarrilado que dio paso a la entrada de Sergi León y Toni Villa para apuntalar las llegadas al área.

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La presencia de Monchu mejoró las prestaciones de Aguado y el Real Valladolid, ahora sí, se sintió ya mucho más cómodo sobre el campo. Con el marcador a favor, con la posesión del balón y, sobre todo, con espacios para explotar el talento de jugadores como Sergio León, Plata y Toni Villa en velocidad.

Ya en modo disfrutón, el equipo de Pacheta pudo hacer más goles, pero en primera instancia Weissman no acertó a rematar un jugadón de Nacho tras ganar la línea de fondo y superar a Adot; en segunda Plata llegó muy forzado para rematar un centro de Sergio León; y en última El Yamiq peinó de cabeza para salvar la salida de Amir pero su cabezazo lamió el poste.

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No hacía falta gastar más pólvora. Bastaba, como en Ipurua, con hacer un partido serio al extremo para evitar concesiones y descontar tres puntos en la cuenta de nueve. Ya solo faltan seis, ¡qué empiece ya la cita en Ibiza!

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