Empate helador del Real Valladolid en Zorrilla ante el Athletic Club

Pezzolano sorprendió en la alineación, con la entrada de Juma Bah en una defensa fortalecida por fin con tres centrales, en la que se mantuvieron Javi Sánchez y David Torres, y un nuevo centro del campo, al que se asomaron Stanko Juric y Kike Pérez, lo que relegó inicialmente al banquillo a Eray Cömert, Mario Martín y Selim Amallah, los tres damnificados del once. Sin el tocado Iñaki Williams, Ernesto Valverde también armó un alineación con múltiples cambios en el Athletic Club:hasta seis jugadores rotaron con respecto al último choque liguero ante el Betis, con las entradas de Yeray y Adama en defensa, Jauregizar en el centrro del campo, y Nico Serrano, Unai Gómez y Berenguer en zona ofensiva.

Desde el primer momento se vio a otro Real Valladolid, más junto y solidario en las ayudas, fortificado atrás y con mucha intensidad para sacar la bota en los duelos. Las necesidades acucian y lo primero pasa presentar batalla de la mejor manera en esta Primera División. Un remate de Juma Bah en el área de Agirrezabala en el minuto 5 permitió comprobar también que el Pucela no renunciaba a los fogonazos en la orilla rival.

El orden atrás y las líneas juntas permitieron al Real Valladolid desactivar la amenaza de Nico Williams durante todo el choque. Y el primer zarpazo sin consecuencias llegó con marchamo blanquivioleta, cuando un gran centro del electrizante Raúl Moro lo remató Lucas Rosa a boca de jarro ante Agirrezabala. El corpachón del meta rojiblanco y la reducción del ángulo permitieron al Athletic salvar los muebles en una ocasión diáfana para el Real Valladolid.

Con las espadas de los dos contendientes en alto, la sonora pitada y pañolada en contra de la directiva del minuto 12 ejerció como anticlímax. Dos minutos más tarde, Javi Sánchez se ovilló ante Berenguer y permitió que delantero del Athletic le robase la merienda para servir un envío hacia Nico Williams. El atacante se plantó solo ante Hein, pero le falló la mira y su remate se marchó fuera para alivio de la parroquia pucelana.

El Real Valladolid no perdió la cara ante un Athletic que cabalgaba sobre su centro del campo y no tanto con el juego por las bandas, donde los de Pezzolano se aplicaron con mucha solvencia para evitar fugas. Durante muchos minutos, el problema pareció la falta de despliegue ofensivo blanquivioleta porque el juego del Athletic obligaba a amurallarse atrás. Sin embargo, estaba claro que la consigna pasaba por apuntar las flechas hacia arriba en cuanto fuera posible. Jauregizar se vio obligado a frenar a Anuar en un acción en la que vio la amarilla y Beñat sacó la segadora cuando Moro activó el 'modo turbopropulsión' . Cordero Vega se llevó la mano al tarjetero y le mostró la roja directa, pero el VARle llamó, el colegiado rectificó y la expulsión quedó una simple amarilla.

La acción espoleó al Real Valladolid que gozó de otra ocasión clara para abrir el marcador cuando Raúl Moro percutió hacia adentro y se sacó un zapatazo que silbó por encima del travesaño de Agirrezabala con mucho peligro.

A Valverde no le agradó esta versión desvaída del Athletic e introdujo tres cambios de una tacada en el descanso en busca de una reacción rojiblanca. Sin embargo, el Real Valladolid siguió sellado, con vigilancia espacial para un Nico Williams muy atado durante todo el partido.

Pezzolano también removió el banquillo para mantener la frescura porque el trabajo colectivo del Pucela resultaba muy exigente y arriba se demandaba más luz. Las entradas de Iván Sánchez y Marcos André por Anuar y Sylla incrementaron el filo ofensivo. El delantero brasileño irrumpió de cabeza con la contundencia que se espera de un 'nueve' rodeado de marcajes en una falta que botó Kike Pérez. El remate se marchó fuera, pero recordó al Athletic que el Real Valladolid estaba presto a ir por el partido. Un robo de Marcos André condujo a Moro internarse en el área de Agirrezabala sin consecuencias.

Juma creció para cortar un envío sobre Djaló minutos antes de que Guruzeta rematase fuera un centro de De Marcos en una ocasión clarísima que acabaría siendo un preludio de lo que sucedería al final.

Iván Sánchez encendió el interruptor en una jugada de convicción del Pucela para servir un gran centro a la cabeza de Raúl Moro que el extremo remató a gol. El 1-0 llevó el delirio a un estadio Zorrilla necesitado de alegrías. El Real Valladolid se defendió como pudo desde ese minuto 78, sin que el Athletic emitiese demasiadas señales peligrosas. Sin embargo, David Torres cometió una inocente falta sobre Djaló que acabaría resultando funesta para los intereses del Real Valladolid. Corría ya el tiempo añadido y Ruiz de Galarreta colocó la pelota en el área con una fuerza inusitada para que Guruzeta rematase a la remanguillé un balón endiablado. Hein sacó el guante, pero la bola acabó en la red del Pucela. Corría el minuto 93 y Zorrilla se quedó petrificado. El trabajado triunfo de un Real Valladolid muy serio saltó al final por los aires. Habrá que quedarse con el punto de mejoría y la solidificación mostrada hasta ese maldito remate.