José Miguel Ortega
Martes, 3 de octubre 2023, 19:36
Cuando el Eldense disputó el primer partido de su centenaria historia –año 1921- el Real Valladolid ni siquiera se había fundado. Se enfrentó al otro equipo de la industriosa localidad alicantina, el Elda F.C., que se constituyó un año antes y quería defender con ... uñas y dientes el cotarro futbolístico ante el recién llegado.
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Sin embargo, el C.D. Eldense terminó imponiendo su hegemonía hasta el punto de forzar la desaparición del Elda, que vestía de listas blanquiazules mientras que el Eldense lo hacía con listas azulgranas. Por casualidad o deliberadamente, la rivalidad de estos equipos era una copia de la que en la Ciudad Condal mantenían el Barcelona y el Español.
Aquellos buenos comienzos no tuvieron después continuidad, porque aunque el Elda F.C. acabó desapareciendo, el C.D. Eldense jamás logró, hasta ahora, ascender a segunda división en la que comparte con el Elche la representación del fútbol alicantino en categoría nacional.
Jugando casi siempre en tercera difícilmente podría haberse enfrentado el Eldense al Real Valladolid antes del encuentro liguero de esta tarde, aunque sí existe un precedente en la competición de la Copa del Generalísimo cuando ambos equipos se midieron en una eliminatoria de la temporada 1969-70, en la que se dio la curiosa circunstancia de que los azulgranas eliminaron sucesivamente a los dos conjuntos vallisoletanos, primero al filial, Europa Delicias, y después al Pucela.
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El Día de Reyes de 1970, el Eldense le hizo un buen regalo a su afición imponiéndose por un contunde 4-0 al Europa, que tenía en sus filas a jugadores jóvenes pero de mucho talento como Cardeñosa, Fede, Valentín y Delio, que llegarían a jugar en el primer equipo. Con ese correctivo sufrido en la ida, nadie esperaba que en la vuelta los vallisoletanos fueran capaces de obrar el milagro de la remontada, pero estuvieron muy cerca de conseguirlo pues ganaron 3-0 a pesar de la lesión en el primer tiempo de Morollón, que había vuelto para echar una mano al filial blanquivioleta.
Por eso, cuando el sorteo de la siguiente ronda copera emparejó al Real Valladolid con el Eldense, los aficionados locales pensaron que la eliminatoria sería un cómodo trámite para los pupilos de Saso, que había sustituido en plena temporada a Olmedo. No es que el conjunto vallisoletano estuviera respondiendo a las expectativas creadas por una plantilla confeccionada para subir a primera, con jugadores como Aguilar, De la Cruz, Lasa, Endériz, Lizarralde, Román y Docal, pero aquel compromiso se interpretaba como pan comido en la ciudad.
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El choque de ida se jugó en Elda el 4 de febrero de 1970 y concluyó con empate a un gol, resultado que parecía dejar un horizonte esperanzador para rematar la faena en el viejo Zorrilla el 25 de febrero, pudiendo incluso reservar a algunos titulares para enderezar la trayectoria en la Liga, muy alejada del objetivo inicial de la temporada, ya que se estaba más cerca del descenso a tercera que del ascenso a primera.
Saso alineó aquella tarde a Fuentes; Salví, Marañón, De la Cruz; Gatell, Rivas; Lizarralde, Endériz, Docal, Asenjo y Lasa, que tuvieron que remar contra corriente pues lo alicantinos, que se fueron al descanso con empate a cero, sorprendieron en el minuto 46 con un gol de Pepín que desencadenó una tormenta en las gradas, con gritos de disconformidad contra el equipo, el entrenador y el presidente, Antonio Alfonso, que remitieron algo al conseguir el conjunto local el empate por medio de Asenjo a los 62 minutos.
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Aún así, los nervios estaban tan a flor de piel que abundaban más los errores que los aciertos en el juego de los blanquivioleta, algo que animó a los visitantes a buscar la sorpresa en lugar de encerrarse en su área, encontrando a los 84 minutos el premio del segundo tanto, obra de Sanjuán, que sería definitivo. Un modesto tercera división había apeado de la Copa a un equipo con plantilla de sobra para aspirar al ascenso y, claro, volvieron los pitos, abucheos y broncas para los protagonistas de aquel inesperado fiasco.
José Luis Saso, aún admitiendo el fracaso, trató de tranquilizar los ánimos diciendo que tras quedar eliminados de la Copa podrían centrar toda la atención en la Liga para conseguir apuntalar al menos la permanencia, que se había puesto un tanto complicada. Mientras, el C.D. Eldense cayó en la siguiente ronda copera frente a otro equipo de segunda, el Castellón, aunque por solo un gol de diferencia.
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Los buenos deseos expresados por Saso y el propósito de la enmienda de los jugadores no terminaban de enderezar el rumbo por lo que a falta de tres jornadas para el final y tras una dolorosa derrota sufrida en casa ante el Bilbao Athletic, el presidente destituyó al entrenador y nombró sustituto a Gerardo Coque que estaba haciendo un buen trabajo en el Europa Delicias.
Echando cuentas parecía bastar un triunfo para evitar el desastre del descenso a tercera, pero aquel Pucela en caída libre perdió sucesivamente ante Ferrol, Calvo Sotelo y Onteniente, en cuyo campo se consumó la dolorosa e increíble pérdida de categoría, provocando un terremoto que forzó a la dimisión del presidente…después de haber malvendido a buena parte de una plantilla pensada para dar el salto a primera, que fue la promesa que había llevado a Antonio Alfonso a la presidencia
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La eliminación copera frente al Eldense fue el principio del fin de una de las etapas más dolorosas de la historia blanquivioleta, con el equipo en tercera, sin plantilla y sin dinero. ¡Menudo panorama!
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