El efecto Fresneda

¿Juvenil, Promesas o primer equipo con todas las consecuencias? Gracias a Dios, no soy el responsable de tomar esa decisión, pero yo me inclinaría por «primer equipo con todas las consecuencias». Es bueno para que el jugador renueve y para que madure. Pero sobre todo es bueno para la cantera. Por eso titulo esta columna como «Efecto Fresneda». En los diez años que llevo escribiendo aquí he sido un ferviente defensor de la cantera y he sido crítico en muchas ocasiones con la política de cantera del club. Sobre todo en la etapa de Carlos Suárez hasta que llegaron Braulio y Cata. No creo que se pueda hacer que compita con 11 jugadores juveniles, pero tampoco creo que se pueda crecer como club sin que suban cada año dos o tres jugadores.

Insisto con la cantera en que no tenemos porqué esperar que todos los canteranos sean como los Onésimo, Eusebio, Peña, Fonseca, Asenjo, etc. No creo que a los jugadores del filial haya que regalarles minutos por ser del filial, pero tampoco creo que haya que exigirles que sean internacionales en dos meses como los Ansu Fati o Gavi del Barça.

Espero que de aquella rueda de prensa de final de temporada pasada en la que se hablaba de hacer que el Real Valladolid fuese no sólo el club de referencia de la provincia, sino que lo fuera de la comunidad autonómica no quede en saco roto. Que el dinero que se va a gastar en hacer una ciudad deportiva no sea sólo para mayor gloria de Ronaldo y el alcalde. Espero que de una generación con muchos internacionales en categorías inferiores se vayan dando oportunidades sin mirar el carnet de identidad ni la procedencia. Que nos gusta mucho traer cedidos de otros equipos para formarlos mientras los nuestros se pierden para el fútbol por falta de oportunidades. Quiero, en resumen, que el efecto Fresneda no sea una cortina de humo para tapar la falta de oportunidades a la cantera y tirarnos otros cinco años sin que se le dé una oportunidad a ninguno.