Kiko Olivas, jugador del FC Cartagena
«Me dio pena marcharme del Real Valladolid. Siempre duele abandonar un sitio que consideras tu casa»El central, que espera jugar ante el Pucela el domingo, subraya la impresión que le causó el cariño de Zorrilla en la primera vuelta
Kiko Olivas (Antequera. Málaga, 1988) salió del Real Valladolid en el verano de 2022, después de cinco temporadas y 139 partidos oficiales como blanquivioleta y ... tras lograr el segundo ascenso a Primera División con el Pucela. Ahora, forma parte de un Cartagena que se ha huracanado en la segunda vuelta y que recibe este domingo a un conjunto blanquivioleta que necesita ganar urgentemente a domicilio. Como ya sucedió en la primera vuelta, el choque ante su exequipo le trae recuerdos muy intensos.
-No ha jugado los últimos partidos por molestias físicas. ¿Estará disponible para el domingo?
-Sí, me he quedado fuera un par de semanas por problemas musculares, pero creo que estaré disponible. Ya estoy entrenando con el equipo y espero que no haya ningún problema.
-¿Cuál es la clave de este Cartagena que era colista antes de Navidad y ahora aparece como el mejor equipo de la segunda vuelta?
-Hemos cambiado muchísimo. Ahora se ve a un equipo diferente, que compite en cada partido. Es muy difícil ganarnos. Los contrarios tienen que dar lo máximo para sacar puntos ante nosotros. Esa es una de las claves que han variado. Somos muy aguerridos, competimos y sabemos cuáles son nuestras virtudes. Vamos a muerte con ellas. Intentamos que los equipos rivales no nos hagan daño. Sacamos rendimiento y nos funciona.
-La Segunda División es una categoría en la que los equipos que luchan tienen mucho ganado. Los que van de 'sobrados' acaban pagándolo…
-Sí, se trata de una categoría muy igualada. Llevo muchos años jugando en Segunda y siempre sucede así: cualquier equipo te puede ganar un partido. La clave pasa por saber competir y dar el máximo en cada choque. El nivel futbolístico es muy parejo y se decide en pequeños detalles. Como no estés concentrado y metido en cada encuentro, como no vayas a por todas, cualquiera te puede quitar puntos.
-El Cartagena lleva cinco victorias en los seis últimos partidos como local en Cartagonova. El Real Valladolid no gana fuera desde el 24 de noviembre. ¿Se ven favoritos?
-Nosotros sabemos que la clave para lograr el objetivo pasa por casa. Es ahí donde nos tenemos que sentir fuertes, con nuestra gente. Es una de las razones del paso adelante de la segunda vuelta: en nuestro estadio hemos sacado muchos resultados positivos, muchas victorias. Está siendo uno de nuestros puntos destacados. Ahora viene un rival fuerte de la categoría. Es verdad que fuera de casa el Real Valladolid no presenta tan buenos números como en Zorrilla, pero cada partido es un mundo y las dinámicas pueden cambiar. Para nosotros resulta clave lograr los tres puntos en nuestra casa, donde nos sentimos fuertes.
-Antes hablaba del carácter aguerrido del Cartagena. ¿Qué es lo que más define futbolísticamente ahora al Efesé?
-Defensivamente somos un un bloque muy compacto, muy solidario, donde todos nos dejamos la vida por ayudar al compañero. Somos un bloque en el que estamos muy juntos, muy estrecho. Permitimos pocas ocasiones al rival en campo contrario. Es difícil superarnos. En cuanto a juego ofensivo, somos un equipo que salimos bien en ataque y en transiciones. Tenemos jugadores arriba que nos pueden diferenciar cuando llegan los balones al área para estar acertados en las acciones clave. Contamos con un equipo experimentado, que sabe llevar los momentos de partido.
-¿Qué es lo que más le llama la atención del Real Valladolid?
-Muchas cosas. Es uno de los equipos potentes de la categoría. Tiene un montón de cualidades. Es cierto que le está costando un poco coger una dinámica positiva en varios partidos seguidos, pero jugando a un solo encuentro puede resolver muchas situaciones. Es un conjunto bastante completo, tanto en ataque como en defensa. Tiene jugadores diferenciales para solucionar partidos en esta categoría.
-Usted ha vivido tres ascensos a Primera, uno con el Girona y dos con el Real Valladolid. ¿Cuáles son las claves del éxito para que un equipo acabe subiendo?
-La principal clave pasa por la adaptación a la categoría. Independientemente del perfil de jugadores, de dónde vengan o cómo sean, se trata de adaptarse a la Segunda División. Es una categoría muy competida, donde hay que mostrar factores diferenciales en cada partido. Además, tiene que haber un vestuario fuerte, un grupo y un club unido, donde todos vayan en la misma dirección... y que la afición acompañe. Luego el año debe ir bien para lograrlo. Yo lo he conseguido tres veces y esos han sido los denominadores comunes.
-Usted estuvo cinco años en el Real Valladolid. Son unos cuantos. ¿Qué le queda de su etapa en el club blanquivioleta?
-Muchas cosas. Estuve cinco años en Valladolid, sí, y la considero como mi casa. He vivido momentos clave en mi vida deportiva y personal. Deportivamente, con los ascensos y la permanencia en Primera. Es el sitio donde mejor me he sentido futbolísticamente y donde más rendimiento he sacado. Personalmente, uno de mis hijos nació allí. Me casé con mi mujer en Valladolid. Vivimos momentos increíbles e hicimos muchas amistades. Es un lugar que me quedará en el corazón para siempre. Aún tengo muchos amigos y estoy en contacto con ellos. Siempre está presente.
-¿Le dolió marcharse tras el ascenso a Primera con Pacheta o es algo que ya veía venir en los meses previos?
-Es verdad que el último año no jugué tanto como los anteriores. Costó un poquito más y no acabé de entrar en el equipo. Hombre, siempre duele abandonar un sitio que sientes como tu casa y donde notas tanto cariño... Porque me he sentido muy querido en Valladolid. La gente me ha valorado mucho el trabajo realizado. Era un sitio donde quería estar y del que me dio pena marcharme. Pero las circunstancias del fútbol son así. Estoy eternamente agradecido por los cinco años que estuve allí.
-¿Ha hablado alguna vez con Ortuño, compañero ahora en el Cartagena, del fichaje frustrado por el Real Valladolid? Se anunció su incorporación y fue presentado en 2017, el mismo verano que llegó usted, pero luego no fue jugador del Pucela.
-Hemos hecho algún comentario, más de broma y con alguna risa. Fue una situación un tanto compleja para él, porque entonces sufrió mucho por lo que vivió con el Real Valladolid y con el club en el que estaba anteriormente [Las Palmas]. Lo hemos hablado con el típico cachondeo que hay en los vestuarios para recordar el único día que estuvo en Valladolid.
-¿Qué contactos mantiene ahora usted con la plantilla del Pucela?
-Con el que más es con Jordi Masip. Nos une un deporte aparte que hace que mantengamos el contacto. Compartí con él cinco años allí y al final queda eso. También mantengo el contacto con gente del cuerpo médico, alguno del cuerpo técnico y, sobre todo, con Iñaki [Sola], el fotógrafo.
-Lo que le une mucho con Masip y con Iñaki Sola es la pasión por la NFL. Hace unos días entrevistamos a Masip para hablar sólo de la liga profesional de fútbol americano e inevitablemente salió el nombre de Kiko Olivas…
-Sí, sí. Es la clave de ese nexo que seguimos manteniendo. Es un deporte que nos apasiona a los dos. Es verdad que yo le introduje un poco en ese mundo, le enseñé y ahora ya está al mismo nivel que yo [sonríe]. Es un vínculo que mantenemos a través del fútbol americano. Mantenemos esa relación y el pique de divertirnos con una 'liga fantasy'. Lo disfrutamos mucho y hace que esos cinco años de relación que tuvimos en Valladolid se sigan manteniendo a través de ese nexo.
-¿Se imagina marcándole un gol a Masip el domingo?
-Habría luego cachondeo durante mucho tiempo, ja, ja, ja. Le pondríamos algún nombre en la 'liga fantasy'… Somos amigos aparte del fútbol, pero cada uno va a luchar por su interés en el terreno de juego. Cuando termine nos abrazaremos como dos buen amigos que somos y comentaremos el partido.
-¿Qué sintió al jugar los últimos minutos en Zorrilla en la primera vuelta con la camiseta del Cartagena?
-El recibimiento que tuve en esos minutos finales fue espectacular. Noté el cariño de la gente durante los cinco años que estuve en el Real Valladolid, pero me impresionó mucho la reacción del estadio siendo jugador de un equipo rival. Es uno de los momentos que quedarán en mi memoria, futbolísticamente hablando. Fue emocionante, bonito. Lo viví intensamente y me emocioné. También mi familia, desde casa. Para nosotros Valladolid es muy importante.
-¿Cómo es su vida ahora en Cartagena?
-Es similar, una vida familiar tranquila, con nuestros dos hijos. Es verdad que aquí tenemos un clima espectacular que nos permite hacer mucha vida social. Los niños gozan de algo más de libertad en ese sentido, pero la vida es muy parecida. Somos una familia tranquila, que hacemos las cosas juntos y por eso no varía mucho.
-¿Han vuelto por Valladolid, más allá de su visita con el Cartagena?
-El problema siempre es el tiempo disponible. Tenemos amigos allí de nuestra etapa. Mi mujer sí ha podido ir un par de veces a visitarles, pero yo, por desgracia, aún no he tenido esa oportunidad. Lo haré en cuanto pueda.
-La semana pasada se conoció el archivo del caso Oikos, del que se llegó a publicar que había siete jugadores del Real Valladolid «comprados» para amañar partidos. Borja Fernández fue uno de los grandes perjudicados en ese proceso que ha quedado en nada. ¿Qué reflexión hace usted de lo que se vivió entonces en el vestuario blanquivioleta? ¿Ha hablado con Borja sobre este asunto recientemente?
-No, recientemente no. Vimos la noticia y nos alegramos, aunque Borja ya había salido de este caso hacía tiempo. En cualquier caso, nos alegramos que acabara porque lo sufrimos mucho todos. Él personalmente fue el que más lo padeció y el que más problemas tuvo porque le cambiaron su vida. Los demás pudimos seguir con la nuestra sin que nos empañara todo aquello. Pero a Borja sí le cambió todo. Me da mucha pena que a alguien con su carrera le truncarán la ilusión y los proyectos nuevos que tenía en el fútbol. Fueron momentos muy duros. Nosotros éramos un grupo muy sano, muy normal. Habíamos conseguido algo histórico, después de mantenernos con mucho sufrimiento. Lo habíamos celebrado porque para muchos era nuestro primer año en Primera División, por así decirlo. Había sido algo espectacular, que se vivió de manera especial en el vestuario y en la ciudad y acabó empañado por todo aquello. Fue triste y duro que nos relacionaran con ese tipo de cosas. Personalmente, para mí es lo peor que puede haber en el fútbol. Te sientes mejor cuando todo acaba y se demuestra que teníamos razón y que no habíamos hecho nada malo. Nos dedicábamos a jugar al fútbol y a disfrutar. Lo peor, sin duda, es lo que le sucedió a Borja.
-Usted tiene 35 años y acaba contrato con el Cartagena el próximo 30 de junio. ¿Tiene claro qué sucederá a partir del verano?
-Me queda mucho fútbol todavía. Tengo muchas ganas y mucha ilusión de seguir disfrutando y jugando. Es verdad que he sufrido problemas musculares este año y medio que me han impedido tener más continuidad, pero cuando estoy en el césped me encuentro fuerte y bien. Veremos cómo acaba esta temporada y, a partir de ahí, valoraré lo que salga. Pero insisto: yo me veo con ganas y fuerza para continuar en activo.
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