El lanzaroteño Hernández Hernández tuvo un partido difícil de ver y dirigir, donde ambos equipos apostaron por el juego directo y el balón estuvo más tiempo en el aire que en el piso. Esto complicó su labor de manera exponencial. En un principio estuvo riguroso ... y amonestó en la mayoría de los saltos que hubiera contactos del brazo en la cara, para acabar sin apenas sancionar faltas, con ello cometió imprecisiones que pudieron tener consecuencias en el choque.

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El canario tuvo dos acciones al borde la la expulsión, aunque al generar dudas hizo bien en no tomar la decisión mayor. En la primera Fali pisó a Roque Mesa en el tobillo y el hecho de no ser un claro golpeó con los tacos le libró al gaditano, al igual que cuando Al Jamiq derribó a Negredo, el cual podía haberse quedado mano a mano con Masip. El delantero no tenía lanzada la carrera y lo más probable que Alcaraz que venía velozmente le hubiera alcanzado y con ello eliminar la ocasión manifiesta de gol.

Hernández resolvió con acierto la única jugada de área. Lozano se dejó caer cuando cuerpeaba con Bruno, al notar un leve contacto en el tobillo derecho. El VAR a los mandos de Pizarro Gómez revisó la acción y no detectó error para avisar al principal.

En definitiva, correcta actuación de Hernández, que manejó un mismo criterio para los dos equipos y así controlar el choque.

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