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Era una joven promesa cuando el Real Valladolid lo llamó a filas en verano de 2019, avalado por su progresión en la cantera del Celta –en Vigo debutó imberbe en Primera en campo del Betis (temporada 15-16), y en Vigo estrenó internacionalidad con la ... sub'19–, y de aquello han pasado ya cuatro años y Diego Alende (Santiago de Compostela, 1997) conserva el cartel de central emergente en el fútbol español.
Su rendimiento ha sido más bien discreto en las las tres últimas temporadas, óptimo en Lugo en su primer año de cesión, y su irregularidad no solo le ha penalizado sino que además ha estancado una mejoría que apuntaba a futbolista de recorrido y que, sin embargo, le ha dejado en un vagón residual.
Alende, que llegó a jugar más de cien partidos en la entonces Segunda B antes de cumplir los 21 años, no ha terminado de cuajar en ninguno de los destinos donde ha recalado. Ni en su última etapa en Vigo, tampoco en Valladolid donde llegó al Promesas de Javi Baraja y pese a asomarse al primer equipo, sorprendió su poca continuidad por las excelentes condiciones que atesoraba, y ni en Lugo ni en Andorra ha podido descollar como se esperaba. De hecho, este último verano estuvo en la rampa de salida en el club del Principado, pendiente hasta última hora de hacer las maletas para probar nuevo destino.
Finalmente, y después de completar 1.820 minutos en 22 partidos en la temporada 22-23, se quedó en el equipo de Eder Sarabia pese a no contar en un primer boceto de plantilla, y su inicio de campeonato ha resultado titubeante y duro para él. Hasta el momento ha participado en cinco encuentros con la camiseta del Andorra (357 minutos), de las once jornadas disputadas –ha disfrutado de cuatro titularidades–, con mención especial para el gol que se apuntó en campo del Mirandés. Un latigazo desde fuera del área que sorprendió al meta burgalés, y que sin embargo no sirvió para que su equipo sumara puntos en Anduva (4-3).
Alende no participó en el último partido del Andorra ante el Alcorcón, saldado con victoria por 2-0, por lo que se antoja difícil que esta noche ocupe sitio como titular en la zaga del conjunto andorrano. No en vano, la inclinación de Eder Sarabia por hacer rotaciones en sus equipos para mantener enchufados a todos sus jugadores bien pudiera darle hoy una oportunidad en Zorrilla. En Andorra se encontró hace un año un sistema y estilo de juego completamente diferentes, y en las antípodas, del que desempeñó en Lugo, y ahora pelea por hacerse un hueco entre los habituales y titulares con Sarabia.
En Valladolid la apuesta definitiva del club por Javi Sánchez le orilló y acabó por relegarle a un rol protagonista en el filial, pero secundario en el primer equipo. En julio de 2022 quedó definitivamente desvinculado.
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