Desquiciante empate de un impotente Real Valladolid

Con la soga bien anudada al cuello durante toda la semana, Pezzolano armó una nueva revolución en el once del Real Valladolid. Los cambios pueden evidenciar riqueza táctica... o desesperación. Y más bien fue esto último. Esta vez, el técnico viró hacia un sistema de tres centrales, ayudado por la disponibilidad de David Torres, que formó trío con Gustavo Henrique y Enzo Boyomo, recuperado para la titularidad. También hubo cambios en el lateral derecho, donde apareció Lucas Rosa, después de los experimentos previos de Albacete por la zona izquierda del ataque. Stanko Juric fue otra de las novedades de Pezzolano para repartirse tareas en la medular con Monchu Rodríguez e Iván Sánchez. Robert Kenedy se mantuvo en posiciones atacantes, pero esta vez junto a Marcos André, la quinta novedad en la alineación del Pucela, con la idea de incrementar la producción ofensiva. pucelana, una situación que no llegó a cuajar.

El Elche mantuvo un esquema parecido al que empató la pasada jornada ante el Racing, con la novedad obligada en el lateral izquierdo (Salinas suplió al sancionado Clerc) y con cambio también en la banda derecha de la defensa, con la presencia de Carreira. Sebastián Beccacece dio carrete arriba a Borja Garcés en detrimento de Mourad, en un once en el que no aparecieron de inicio los exblanquivioleta Óscar Plano y Sergio León, aunque este último ingresó a la media hora por la lesión de Garcés y Plano salió en la segunda parte

El Real Valladolid compareció brioso en los primeros minutos, en medio de un ambiente crispado por los gritos iniciales de la grada («Ronaldo, vete ya»; «Pezzolano, dimisión», que luego se recrudecerían tras el 1-1 final). Kenedy, pitado antes de iniciar el choque, dispuso de una primera ocasión muy clara, ayudado por el despiste de la zaga ilicitana, sorprendida por el bote del balón. El Pucela trató de encontrar el hilo al partido, pero pronto se vio a expensas de un Elche con vocación protagónica. Un balón suelto en el área de John Víctor creó el primer incendio en las filas pucelanas, aunque sin consecuencias. El Real Valladolid se desplegó durante los primeros diez minutos, sostenido por una presión a la salida del balón visitante y por un Juric que pareció cementar la medular al inicio..

Sin embargo, la aguja del partido empezó a decantarse hacia el lado del Elche, que acaparó la pelota con ataques largos y se proyectó por las bandas, con Tete Morente como amenaza por la izquierda y Nico Castro apareciendo por todo el frente del ataque. El nerviosismo del Real Valladolid resultaba palpable y la grada se impacientaba ante un equipo cada vez más fundido en sus ideas. El Real Valladolid perdió fuelle en el centro del campo y sufría atrás, a pesar de los tres centrales.

El omnipresente Nico Castro demostró la fragilidad de la zaga local, cuando se coló en el área para rematar solo un falta botada por Fidel. Sólo su impericia impidió que el Elche se adelantara. El Real Valladolid se oscureció de mala manera ante un rival más compuesto, pero encontró un rayo de sol cuando menos lo esperaba. Fue en un córner botado por Monchu. Gustavo Henrique, muy poderoso en el juego aéreo, remató en el primer palo de Edgar Badía mientras le sujetaba un defensor. El 1-0 permitió al Real Valladolid tomar una gran bocanada de oxígeno y terminó con la sequía de tres partidos sin marcar. La grada también se energizó con gritos de 'Pucela, Pucela' y hubo momentos de cierto brillo antes del descanso, especialmente cuando aparecieron asociaciones de calidad como la de Kenedy y Marcos André, que acabó con un disparo ligeramente desviado de este último que levantó a la hinchada pucelana de sus asientos.

El Real Valladolid recuperó el espíritu combativo, pero el Elche también mostró sus armas ofensivas. Nico Castro probó los guantes de John Víctor, que respondió bien a la exigencia del atacante franjiverde. El Pucela entendió que podía sacar rédito de nuevo de sus rascacielos y Monchu buscó a Juric en otra falta al área que el croata remató fuera antes del paso por vestuarios.

En la segunda parte, todo pareció encarrilarse cuando Mario Gaspar golpeó en el estómago a Boyomo antes de un córner y fue expulsado con roja directa. El Elche se quedó en inferioridad en el 51, pero sólo un minuto después una alocada salida de John Víctor permitió a Sergio León marcar el 1-1 para el Elche. El portero brasileño del Real Valladolid cometió una tremenda pifia que el delantero exblanquivioleta no perdonó.

Aun así, el Pucela disponía de todo un mundo por delante para tumbar a un Elche obligado a guarecerse al quedarse con diez integrantes sobre el campo. Pezzolano tardó algunos minutos en reaccionar tras dar entrada a Joni Montiel como mediapunta y reconvertir el dibujo hacia un 4-2-3-1 con la retirada del campo del central David Torres. Hasta el minuto 67, Pezzolano no retiró a Kenedy para dar entrada a Raúl Moro, el encargado de percutir constantemente por la banda izquierda. El técnico también quitó a Marcos André, que se estaba jugando la segunda amarilla, para atacar con Sylla. El Real Valladolid se estiró con más precipitación que fortuna. Iván Sánchez logró batir a Edgar Badía desde fuera del área tras una jugada ensayada en un córner, pero el Elche tiró bien la línea y el tanto fue anulado porque Boyomo estaba en fuera de juego en la trayectoria de la pelota. Cédric, que entró en el tramo final para formar un 4-4-2, gozó de una gran ocasión para marcar, pero su remate se fue al limbo. El Real Valladolid acabó en medio de un ambiente desquiciado, con la afición mostrando sonoramente su descontento. Montiel fue expulsado en el 93 por dos amarillas seguidas. Colectivamente, no hubo reacción positiva ante un rival con diez. Las victorias urgen y Pezzolano sigue sin encontrar el camino. Su futuro no se despeja. Más bien se ennegrece. La pelota está en el tejado de Ronaldo, cuya imagen como presidente está también muy degradada. Las jornadas pasan y no hay rastro de candidatura del Pucela a volver a Primera División.