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El gran partido del Real Valladolid en el Camp Nou supuso la eclosión de un futbolista que, hasta ahora, parecía invisible en el campo: Kenan Kodro. El delantero donostiarra de origen bosnio apareció por primera vez en el once titular de Sergio González y ... cumplió con nota. Con Shon Weissman lesionado y Marcos André, ya de vuelta, aunque aún con los minutos limitados tras recuperarse de una osteopatía de pubis, el entrenador blanquivioleta apostó por Kodro como pareja de Sergi Guardiola. Y el refuerzo invernal mostró sus mejores virtudes, incluido un remate al larguero en el minuto 8 que dejó a Ter Stegen tiritando y que pudo cambiar el guion de todo el partido.
Cuando el Real Valladolid incorporó a Kodro, cedido por el Athletic, durante el pasado mercado invernal, la dirección deportiva confiaba en disponer de un ariete combativo y con hambre tras su falta de ritmo competitivo en Bilbao. Con la camiseta rojiblanca, Kodro únicamente había disputado esta campaña 42 minutos en Liga, repartidos en tres partidos. No obstante, en uno de ellos, ante el Huesca, el internacional bosnio marcó un gol (de penalti: sus compañeros le dejaron que se encargase del lanzamiento).
Tras su llegada a Zorrilla, Kodro apostó por una rápida adaptación en apenas cuatro meses de competición para demostrar que puede tener un hueco en el Athletic la próxima campaña. Con 190 centímetros de altura, sus condiciones para el juego aéreo vienen de serie. Su proclividad al juego asociativo y la movilidad entre líneas que muestra (le gusta bajar a recibir), permite sacar más provecho a sus condiciones si juega con otro delantero al lado. Él mismo lo manifestó así en su presentación como refuerzo blanquivioleta.
Sergio González ha utilizado a Kodro desde el primer momento y en todos los encuentros, aunque hasta el partido frente al Fútbol Club Barcelona siempre le había sacado desde el banquillo y en choques ya muy trabados, lo que no favoreció la visibilidad del delantero, que muchas veces pareció saltar al campo con una capa de invisibilidad. Y eso que, en su debut con el Pucela ante el Huesca, dispuso de un remate claro para marcar que desaprovechó. Aquella ocasión no tuvo continuidad y sensación de jugador espectral se acentuó en los partidos ante el Alavés, Eibar, Real Madrid, Celta, Getafe, Osasuna y Sevilla, encuentros en los que, más allá de ganar alguna disputa aérea, no llegó a ejecutar un solo disparo a la portería rival. La frase recurrente era preguntarse qué aportaba la inclusión de Kodro en los minutos finales, un futbolista al que muchas veces se le veía jugar lejos del área contraria y apenas tocaba balones.
Sin embargo, el delantero brilló el pasado lunes en su primer partido como titular y demostró que es un candidato a luchar por un puesto en el once, en una plantilla en la que aumenta la competencia arriba con la recuperación del goleador Marcos André. Kodro no tardó en dejar una muesca en la portería de Ter Stegen con un poderoso remate de cabeza a centro de Saidy Janko que repelió el travesaño. El delantero blanquivioleta, incrustado entre Mingueza y Busquets, ganó con su salto a los dos futbolistas culés y demostró que el Real Valladolid no había ido al Camp Nou de víctima propiciatoria sino a presentar batalla. Minutos antes, Lenglet había despejado un centro de Nacho Martínez que Kodro se aprestaba a rematar. En la jugada abortada por la madera, el internacional bosnio retrasó su posición antes del centro de Janko para sorprender a la zaga culé llegando desde atrás.
El mapa de actividad de Kodro en este último partido muestra actividad en el área de Ter Stegen y, especialmente, en la zona de tres cuartos, pero también en campo propio, incluso alguna ayuda defensiva cerca del arco de Jordi Masip. El delantero intentó cuatro regates en el campo del Barcelona, interceptó dos balones en zona propia y despejó un envío al área visitante en el minuto 77. En un encuentro igualado en las faltas (12 el Barça; 13 el Pucela), Kodro solo cometió una infracción y entró en contacto con la pelota en 33 ocasiones, 25 de ellas en terreno rival. Ninguno de sus pases causó una pérdida de posesión al Real Valladolid. Seis de ellos fueron hacia adelante.
Kodro volvió a rematar a puerta ante el Barcelona, después de siete partidos sin hacerlo. En los 221 minutos que ha disputado, solo disparó ante el Huesca con un remate encasquillado y el poderoso cabezazo en el Camp Nou que rebotó en la madera. Pero en ese tiempo sobre el campo, el espigado delantero también ha demostrado algo: es el segundo futbolista del Real Valladolid que más balones aéreos gana cuando juega (uno cada 16 minutos), únicamente por detrás del central del Promesas Miguel Rubio, que se vio muy exigido por los envíos constantes del Eibar en Ipurua en el único partido que ha disputado con el primer equipo (ganó seis duelos aéreos en 90 minutos, con una media de uno cada quince).
Procedente del FC Kobenhavn de la superliga danesa, Kodro fichó por el Athletic Club en enero de 2019 para paliar la baja de Aritz Aduriz. Firmó hasta el 30 de junio de 2022 con una cláusula de 80 millones de euros. En el segundo tramo de la campaña 2018-2019, intervino en once partidos, ninguno como titular, para sumar 161 minutos y anotó un gol frente al Atlético de Madrid. En el curso pasado, su participación se limitó a 363 minutos en 12 partidos, cuatro como titular. El único gol en esa temporada lo logró ante Osasuna, su exequipo. En este curso añadió como rojiblanco el gol de penalti ante el Huesca. En el Pucela aún está por estrenarse.
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