Martin Hongla ha añadido una capa más al sistema táctico del Real Valladolid. Aunque José Rojo 'Pacheta' haya parecido refractario a jugar con un pivote defensivo, la presencia del camerunés en el centro del campo ante el Espanyol equilibró un sistema que había saltado por ... los aires el fin de semana anterior en Vigo. Fue precisamente ante el Celta cuando el entrenador del Real Valladolid trató de corregir el desaguisado de la primera parte con la presencia de Hongla en la medular como acompañante de Roque Mesa, que también entró tras el descanso. Aunque el marcador final fue para olvidar (3-0), Hongla demostró que podía servir como ungüento para que cicatrizaran las heridas en la zaga. Y el bálsamo resultó efectivo: el camerunés cuajó un gran partido ante el cuadro perico.
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Martin Hongla entró en contacto con la pelota en 53 ocasiones y, aunque su labor principal no pasara por la creación, delineó 39 pases, con un 74% de acierto. Solo intentó un regate... y le salió bien. Defensivamente, estuvo excelso para ayudar a la última línea y se encargó de secar a Darder, el motor del juego del Espanyol. De las cuatro entradas que intentó, tres fueron exitosas para despojar a los rivales de la pelota. Además, efectuó cuatro despejes, interceptó un pase, bloqueó dos disparos y se impuso por alto en el único duelo aéreo que disputó sobre el césped de Zorrilla. Un partido sobresaliente para el camerunés.
La sola presencia de Martin Hongla en el centro del campo estabilizó a un Real Valladolid que llegaba muy herido a la contienda. Antes, ya había aportado sosiego al entramado defensivo del Real Valladolid, aunque como defensa central. Pacheta aprovechó su versatilidad para concederle la titularidad en el eje de la zaga en la visita al estadio de la Real Sociedad y Hongla no defraudó: el Pucela ganó por 0-1 y el camerunés demostró su fiabilidad. Tampoco encajó goles el Real Valladolid a la siguiente jornada, igualmente con Hongla en la alineación inicial como central. El empate a cero ante Osasuna en Zorrilla supo a poco, pero el equipo se mantuvo férreo atrás con la dupla Javi Sánchez-Hongla.
Reforzado tras dos partidos como central sin lamentos, Hongla vivió más atormentado en el Benito Villamarín ante el Betis (2-1). De nuevo en el once, vio cómo Juanmi se colaba por el centro para anotar el primer gol bético y cometió un penalti sobre Ayoze por una entrada a destiempo que permitió al Betis certificar el 2-1 final antes del descanso con un tanto de Canales desde el punto fatídico. Hongla perdió la titularidad la jornada siguiente en Vigo, pero apareció en la segunda parte como mediocentro para demostrar que ofrecía una alternativa sólida para fortificar la medular y apuntalar todo el andamiaje defensivo.
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Ya ante el Espanyol, Martin Hongla floreció desde el inicio y permitió que el otro mediocentro (primero Roque Mesa; luego Álvaro Aguado) jugase más liberado. De hecho, fue Aguado el que logró el segundo gol del Real Valladolid, clave para certificar la victoria local. Martin Hongla brilló mucho y no necesariamente con la pelota en los pies. Pacheta lo ensalzó al finalizar el partido: «Es muy bueno. Es un jugador muy bueno sin balón. Muy bueno. Vamos aprovechar el momento que tiene», sostuvo el técnico.
Además, Hongla se ha integrado a la perfección en el grupo («cojonudamente», declaró más llanamente Pacheta), tras su aterrizaje en el Real Valladolid en el mercado invernal cedido por el Hellas Verona italiano. Su rendimiento fue inmediato. El entrenador considera que Martin Hongla ya dio «paz» al equipo en sus primeros partidos como central titular. Y ahora esa misma «paz» defensiva se extiende por el centro del campo, donde el Pucela ya parece presentar otras hechuras. En la élite actual resulta algo exótico ver a dos mediocentros de perfil creativo, una situación que acaba comprometiendo a la línea defensiva. Hongla brilla especialmente en la disputa de los duelos, una faceta que no rehúye y de la que sale suele salir exitoso.
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Sin embargo, también posee condiciones técnicas para desempeñarse circunstancialmente como un 'ocho' (mediocentro más atacante o creativo) porque consigue un desplazamiento rápido de balón y, como dice Pacheta, «mira hacia delante». Esta capacidad no es desdeñable en un Real Valladolid que tiene marcado a fuego en su ideario la condición de equipo ofensivo. A sus 24 años, Hongla tiene ganas de reivindicarse en la Primera División española, competición que ya conoció en la temporada 2016-2017, justo cuando Fran Sánchez, actual director deportivo del Real Valladolid, se convirtió en el gerente deportivo del club nazarí. Sánchez, conocedor de sus características y polivalencia, apostó por él durante el pasado mercado de invierno y el camerunés ya ha empezado a reivindicarse sobre el césped. Con él sobre el verde, el Pucela parece más solido. Hongla trae consigo una necesaria paz defensiva.
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