«Deben ser tres puntos, jugar en casa es un plus»

Como cantaba Izal, llega el fin de los finales. Parafraseando a la desaparecida formación de indie, que recientemente marcó una época en el pop español, las bufandas brillarán en el cielo; Zorrilla saltará por los aires bajo columnas de fuego. Uno fatuo. Violeta, aunque teñido de blanco. Arderá el estadio para animar a un Real Valladolid que pugnará por evitar descender, una batalla librada con frecuencia en la última fecha del campeonato y que conocen perfectamente dos exjugadores como Luis Mariano Minguela y Borja Fernández, que en varias ocasiones lograron una salvación como la que buscará el conjunto de Paulo Pezzolano.

Estos encuentros «a vida o muerte y en los que hay que salir a por todas», según indica Minguela, tienden a generar una incertidumbre de la que ambos quieren rehuir: curtidos en mil historias y seguidores de los capítulos que preceden a la final contra el Getafe, los dos creen en la salvación. «Tengo muchas esperanzas por muchos motivos, el primero, que jugamos en casa», destaca con convicción Borja, que, recuerda, jugó «siete partidos por la permanencia en las últimas jornadas, además de otro por el play-off contra Osasuna». Algunos de esos envites fueron a domicilio, pero no quita eso para que sepa cómo aprieta Zorrilla en citas de este tipo. «Tanto cuando he jugado como local como cuando he jugado como visitante, he notado cómo la gente está encima, y eso es algo que también me ha comentado gente: cuando juegas aquí, hay momentos en los cuales lo acabas pasando mal, porque cuando Zorrilla aprieta, el equipo se crece», cerciora.

Minguela entorna la mirada, como melancólico, cuando habla del ánimo de la afición y de cómo cree que puede influir este factor: «Jugar en casa estos partidos es muy importante; si preguntas en Getafe, te dirán, seguro, que preferirían jugar en la suya. Estaremos toda la afición al lado del equipo para, entre todos, dar alas a los jugadores para continuar un año más en Primera». Claro, que no será fácil. Por ser a vida o muerte, como decía Minguela, y porque «los nervios te pueden jugar una mala pasada por querer ganar a toda costa». «Hay que salir a por todas, pero es verdad que la presión existe y a veces te pueden traicionar los nervios y no salirte las cosas», reflexiona el que fuera centrocampista blanquivioleta durante más de una década. Por ello, será necesario jugar «con la cabeza fría y con el corazón valiente», una tarea en la que a buen seguro Pezzolano habrá hecho hincapié a lo largo de la semana.

Entre tantas finales de este tipo que disputó Borja Fernández, recuerda una con claridad, aquella en la que al Real Valladolid le bastaba con un empate en Huelva para salvarse. La lluvia torrencial que cayó en Mallorca obligó a demorar el juego, dado que el partido contra el Real Zaragoza era crucial. «Se retrasó una hora y García Calvo se pasó 40 minutos en el baño; no quería que nadie le viera y se encerró», rememora. Él vivía esas citas tranquilo, tanto que alguno le preguntaba si es que no le importaba, cuando sí, lo hacía. Minguela era también un hombre tranquilo en casos similares, aunque sabe que los nervios pueden hacer acto de presencia, por eso apela al trabajo extra del entrenador. «La ansiedad te puede superar un poco, pero hay que intentar reponerse y dejarse la piel. Hay que salir a tope; desde el minuto uno el Getafe tiene que saber quién manda», exhorta el que fuera capitán como si volviera a tener el brazalete ajustado en el brazo.

Advierte Borja, sin osar contradecir a una de las leyendas vivas del Real Valladolid, que, aunque sí, hay que ser ambiciosos, el juego no solo estará marcado por la intensidad, porque «esta tiene que estar siempre». Remontándose a lo que pasaba cuando pisaba el verde, el mediocentro sabe que no es igual la garra que él podía esgrimir las disputas que lo que, a su juicio, pueden y deben ofrecer otros. «La gente de más talento y de más calidad, como Óscar Plano o como Larin, lo que tiene que hacer es atreverse», arguye, antes de poner sobre la mesa los tres argumentos por los que tiene «confianza plena» en la salvación del Pucela: «Hay jugadores de calidad, un entrenador que va a preparar bien el partido y una afición volcada con el equipo desde horas antes».

En la rueda de prensa previa de este viernes, Paulo Pezzolano no eludió la necesidad de ir a por los tres puntos, definiendo el partido ante el Getafe como «más que una final», en la que vencer no es el único resultado que posibilita la permanencia, pero sí el que lo garantiza. En cambio, al Getafe le vale con no perder, dado que incluso con una igualada se mantendría por encima en la tabla clasificatoria que los blanquivioletas. «Ellos no tienen tanta necesidad; saben que un punto les asegura quedarse, y van a esperar más», elucubran Borja Fernández y Luis Mariano Minguela, que insiste: «Si corremos más que el contrario y somos mejores que él, le vamos a ganar». «Para nosotros sí que es un todo o nada. No hay que especular», asiente el gallego.

Y es que razones para el optimismo tienen ambos, que creen no solo por una simple cuestión de fe. «El día del Cádiz el equipo estuvo algo más flojo, pero contra el Almería se vio predisposición. Y el partido contra el Barcelona fue extraordinario. Lo veo bien», sonríe Minguela, con confianza pero sin excesos, por aquellas dificultades que él mismo comenta. «Es cierto que ha habido algún partido en el que el equipo no ha estado del todo bien, pero también que sigue vivo, y que llega al final dependiendo de sí mismo. A la llegada del míster se sacaron buenos resultados y se ganó al Barça. Este partido hace pensar que el equipo tiene algo dentro, que lo puede volver a sacar y que puede ganar al Getafe», asegura Borja, deseoso de que el balón empiece a rodar y de que el Real Valladolid vuelva a garantizarse un lugar en la Primera División.

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