José Miguel Ortega
Viernes, 4 de octubre 2024, 20:26
El Rayo siempre ha sido el tercer equipo de Madrid. Se fundó en 1924, un par de décadas después que el Real y el Atlético, los otros dos conjuntos representativos del fútbol de la capital de España.
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Pero mientras el Real Madrid y el Atlético ... de Madrid tuvieron desde el principio directivos de alcurnia y unas aficiones infinitamente más numerosas que las de un conjunto surgido en el Puente de Vallecas que en un principio se denominó Agrupación Deportiva El Rayo sin hacer referencia a su barriada, mayoritariamente obrera.
Era tan modesta su economía que sus primeros terrenos de juego fueron baldíos, de tierra y dimensiones por debajo de lo reglamentario. El Rayo se afilió en 1931 a la denominada Federación Obrera de Fútbol para cambiarse después de la Guerra Civil a la Federación Castellana en la que también estaba encuadrado el Real Valladolid.
Pese a su modestia, el Rayo –que en 1947 adoptó su actual nombre de A.D. Rayo Vallecano, identificándose ya plenamente con la barriada en la que había nacido y crecido- logró su primer gran éxito al ascender a tercera división en la campaña 1948-49, iniciando un acercamiento a otros equipos madrileños como el Plus Ultra y el Atlético de Madrid. El acuerdo suponía la cesión de jugadores de estos dos conjuntos y, a cambio, que tuvieran prioridad en el fichaje de algún jugador vallecano que pudiera interesarles.
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El entonces presidente del Atlético, el empresario Cesáreo Galíndez, sugirió a su homónimo rayista la posibilidad de que el equipo vallecano introdujese algún cambio en su uniforme, que era exacto al del Real Madrid: camiseta y pantalón blancos y medias negras con vuelta blanca.
El mandatario del Rayo tomó nota pero no se atrevió a trasladar la petición a sus compañeros de junta directiva y menos aún a hacérselo saber a los aficionados, aunque no tardaría mucho en presentársele la ocasión de contentar al presidente atlético. El River Plate, uno de los equipos más famosos del fútbol argentino, había sido invitado por el Real Madrid a jugar un partido amistoso en Chamartín y los directivos vallecanos aprovecharon la ocasión para regalar a los bonaerenses una foto de la plantilla, dedicada y firmada por todos los jugadores.
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El gesto cayó bien a los dirigentes argentinos que, al enterarse de la precariedad económica en que se desenvolvía el Rayo, tuvieron el detalle de regalarle dos juegos de camisetas y pantalones con los colores oficiales del River: blanco con una banda transversal roja.
Aquel obsequio tuvo mucha mayor repercusión de lo que se pensaba, ya que además de contentar al Atlético por dejar de vestir exactamente igual que el Real Madrid, el uniforme rayista fue a partir de aquel momento el que ha pasado a la historia.
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Precisamente con la banda transversal roja jugó el Rayo Vallecano por primera vez en el viejo estadio «Zorrilla», aunque no contra el Real Valladolid, que estaba en primera división, sino contra su filial, el Europa Delicias que en las temporada 1952-53 debutaba en tercera división encuadrado en el grupo IV, junto a equipos madrileños, manchegos y extremeños.
En el Europa, que curiosamente también tenía una banda transversal en su camiseta, aunque fuese azul, militaban jugadores locales que los viejos aficionados recordaran con cierta nostalgia: el futuro cineasta Paco Regueiro, el encuadernador Félix Valentín, y otros más conocidos por sus motes que por sus apellidos, como Pedrulo, La Rosa, Bola, Paquillo, etc.
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El Rayo ganó por 1-2 en aquella su primera visita a la capital del Pisuerga pero no le sirvió de mucho en sus aspiraciones de ascender a segunda división. El campeón del grupo fue el Badajoz, seguido del Calvo Sotelo, Extremadura y Manchego, mientras que el Rayo ocupó la séptima plaza y el Europa la decimotercera.
Salvo en aquella temporada, el Rayo Vallecano y el Europa Delicias no volvieron a encontrarse porque los vallisoletanos pasaron a integrar otros grupos de tercera como el XV, el XIV y el XIII, mientras que los madrileños lograron el ascenso a la categoría de plata en la que coincidieron por primera con el Real Valladolid en la temporada 1958-59, concretamente en la jornada undécima. Los blanquivioletas, entrenados por Saso, ganaron cómodamente aquel partido por 3-1 y dieron un paso más hacia el ascenso con el que culminaron una campaña fantástica.
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El encuentro se jugó el 23 de noviembre de 1958, con estas alineaciones. Por el Real Valladolid Arbe; Simonet, Lesmes I, Pontoni; Arana, García; Pereda, Gallet, Morollón, Mirlo y Beascoechea. Y por el Rayo Vallecano jugaron Quintero; Maestro, Bazaco, Barragán; Giráldez, Monedero; Jiménez, García de Andoain, Gago, Ledo y Rhodes.
Los goles fueron obra de Gallet, Arana y Morollón por los blanquivioletas y de Ledo, para los franjirrojos. Aquel encuentro tuvo la particularidad de que el entrenador del Rayo era también uno de los jugadores, Quiliano Gago, que había sustituido a Manchado mientras los directivos buscaban otro técnico. Después llegó el italiano Taioli y más tarde lo hizo el paraguayo Heriberto Herrera, futuro entrenador del Pucela, que consiguió salvar al equipo madrileño por los pelos.
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El Real Valladolid de los monaguillos ascendió a primera como campeón y el Rayo quedó antepenúltimo evitando el descenso porque en la temporada siguiente la segunda división tuvo dos grupos.
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