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José Miguel Ortega
Sábado, 2 de marzo 2024, 17:37
La fundación de la AFE el 23 de noviembre de 1977 constituyó un aviso de que tarde o temprano iban a cambiar las obsoletas normas laborales que regían el fútbol español. Manolo Esteo, ex - portero del Atlético Madrid, y Juanito, extremo del Real Madrid, se aliaron para impulsar la creación de un sindicato que equiparase en derechos laborales a los futbolistas con los trabajadores de otros ámbitos, independientemente de los ingresos que generasen.
Antes de dos años, la Asociación de Futbolistas Españoles, presidida inicialmente por el futbolista del Cádiz, Quino, y después por el ex – jugador José Luis Carceller y el abogado José Cabrera Bazán planteaban la primera huelga del fútbol español como medida de presión parta que se atendieran sus principales reivindicaciones: supresión del derecho de retención, inclusión de los jugadores en el régimen de la Seguridad Social y supresión del límite de la edad de 23 años para jugar en Tercera División.
El simple anuncio de la huelga supuso una conmoción porque aunque Franco ya había muerto y soplaban vientos de cambio democrático, el fútbol siempre había estado al margen de estas convulsiones políticas y laborales. Los dirigentes de la AFE fijaron la huelga para el día 4 de marzo de 1979 tanto en primera como en Segunda División, pero una vez planteada la convocatoria se dudaba mucho de que un sindicato con unos 250 afiliados pudiera tener la fuerza suficiente como para convencer al resto de los jugadores profesionales de que secundaran el paro.
En el Real Valladolid, su presidente, Gonzalo Alonso de Paz, trató de convencer a la plantilla blanquivioleta de la gravedad de una decisión equivocada, tanto en el aspecto económico como en el deportivo, pues el conjunto vallisoletano estaba peleando por el ascenso a Primera y por el torneo de Copa, pero se encontró con la respuesta sólida y unánime de los jugadores de no comparecer en el partido de liga contra el Baracaldo, fijado para ese día 4 de marzo.
Quienes sí efectuaron el viaje, aunque con la misma intención clara de no disputar el partido fueron los jugadores del conjunto vizcaíno, que regresaron a su punto de partida una vez que el colegiado designado para dirigirlo tomó nota de la decisión de los dos contendientes de no celebrar el encuentro que sí se jugaría una semana después, una vez que las autoridades aceptaron las peticiones del sindicato de los futbolistas.
La huelga fue un éxito tan inesperado como rotundo. No se celebró ninguno de los partidos de primera y segunda división y tanto los directivos de los equipos como los mandamases de las federaciones y estamentos deportivos no tuvieron más remedio que admitir la fuerza de la AFE y sentarse a negociar las reivindicaciones de los jugadores, sobre todo el tema del derecho de retención que convertía a éstos en una especie de esclavos de los clubs.
Después de aquella, hubo otras convocatorias de huelga, pero los dirigentes ya estaban apercibidos y, aunque no pudieron contar con los profesionales afiliados a la AFE, sí celebraron los partidos con futbolistas juveniles y los no afiliados al sindicato. El Real Valladolid, por ejemplo, presentó una alineación de chavales entre los que estaban Peña, Cuaresma, Torrecilla, Patri y Juan Carlos. ¡Casi nada!
Pero volviendo al asunto de la primera huelga de botas caídas del fútbol español, también hay que recordar que el empujón definitivo para su planteamiento tuvo mucho que ver con la información que facilitó el jugador argentino del Atlético de Madrid, 'Ratón' Ayala, sobre el funcionamiento que en su país tenía otro sindicato de jugadores que sirvió de ejemplo para la AFE.
Después del éxito de aquella convocatoria, la cuota de afiliación creció como la espuma, hasta la cifra de 1.700 jugadores, que se beneficiaron no solo de temas como la supresión del derecho de retención y la entrada en el régimen de la Seguridad Social, sino del cobro de 130 millones de pesetas que los clubes debían a los futbolistas en concepto de atrasos.
Como decíamos, el partido suspendido entre el Pucela y el Baracaldo pudo celebrarse una semana después con una muestra de solidaridad por parte de los aficionados que aplaudieron con entusiasmo a los jugadores cuando saltaron al campo, dando una prueba más de que se había producido un cambio con respecto a lo que era la opinión de la calle tras el planteamiento de la huelga.
Los pupilos de Pachín, en agradecimiento a ese recibimiento cuajaron una excelente actuación y derrotaron a los de García de Andoain por 2-0, con goles de Botella, a los 11 minutos, y de Gilé a los 14. La formación presentada por el conjunto blanquivioleta aquella tarde fue: Llacer; Toño, Santos, Jacquet, Serrat; Cortés (Gail), Moré, Estella; Gilé (Rusky), Botella y Mir.
Eran los tiempos del deslumbrante 'Real Barsadolid', con media docena de jugadores cedidos por el conjunto azulgrana, que se quedó a un punto del ascenso y a un gol de la final de la Copa del Rey. Y para concluir, un dato triste pero curioso, puesto que tanto el árbitro tinerfeño que dirigió el encuentro, Trujillo Martín, como los entrenadores de ambos conjuntos, Enrique Pérez 'Pachín' y José María García de Andoaín, ya han fallecido.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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