Cotán, pensativo en el baqnuillo tras la derrota del real Valladolid ante el Numancia el año del ascenso de Sergio G. Villamil
El Real Valladolid y el cuento de la plantilla larga
La Trece Catorce ·
«En términos generales un vestuario poblado es sinónimo de más problemas en el vestuario. Un futbolista no convocado es un indicio de que tienes una grieta en el barco y debes acometerla de algún modo»L
Santiago Hidalgo
Miércoles, 15 de junio 2022, 17:56
Al fútbol juegan once más los suplentes. Habas contadas. Con la pandemia se instauró la nueva norma de los cinco cambios en lugar de tres sustituciones anteriores y la convocatoria de veintitrés y no dieciocho futbolistas. Esta disposición ha permanecido en el tiempo y parece que se perpetuará modificando el sentido del fútbol, sin duda. Así en casi todos los sitios menos en la liga inglesa. Los inventores y su rancio abolengo siempre tienen que hacerse notar además de por conducir por donde les da la gana, por tomar té a cualquier hora del día y por no saber beber cerveza.
Quizás ahora, por estas mismas razones (las del cambio normativo), haya alguna explicación a la proliferación de las plantillas largas con casi treinta futbolistas. Las bajas, lesiones, convocatorias con selecciones, tarjetas... Todo ello parece justificar un equipo más 'largo y estrecho', como se decía de los menús de la 'Nouvelle cuisine'. Por si acaso…
Más o menos desde que los clubes se convirtieron en Sociedades Anónimas, llevo escuchando a los entrenadores decir que prefieren «plantillas cortas y luego si eso echar mano del filial». Una máxima que nunca se cumple. Jamás. El director deportivo luego confecciona un plantel con demasiadas fichas profesionales y, o se opta por las cesiones a mitad de campaña para descargar fichas, o a los futbolistas canteranos del equipo inferior solo se les ve con la primera plantilla en los entrenamientos, salvo raras excepciones. La temporada pasada sin ir más lejos sí que hubo un par de presencias en partidos oficiales. Sin embargo, que un canterano adelante a un futbolista con ficha del primer equipo en su mismo puesto no es lo normal. Incluso está hasta mal visto. La jerarquía de la que ya hemos hablado otras veces. Para entrar pegando un golpetazo a la puerta se necesita mucha personalidad y valentía. Del entrenador y también del futbolista.
En términos generales una plantilla larga es sinónimo de más problemas en el vestuario. El entrenador como gestor de grupos (y aquí Pacheta ya ha manifestado que esta es una de las principales virtudes que debe tener un técnico profesional) es el encargado de alinear a once, hacer los cambios y contentar y saber llevar al resto de futbolistas que no juegan y tienen motivos, o dicen tenerlos, para estar mosqueados. Un futbolista no convocado es un indicio de que tienes una grieta en el barco y debes acometerla de algún modo. Hablando, convenciendo, pidiendo paciencia, trabajo, esfuerzo... En cualquier caso, es labor esta que entra en la nómina del entrenador y una preocupación más. ¿Y si se crea una camarilla entre los que no pongo a jugar y comienzan a soliviantar el vestuario? Quizás gastar fuerzas en este cometido nos puede llevar a despistarnos de lo prioritario e importante.
Por las razones que sean, la nómina de jugadores suele ser amplia. Me imagino que parte de esto se debe a las negociaciones, los contratos y las cláusulas. No siempre un club puede firmar lo que quiere y los años que quiere. También los futbolistas se posicionan. De todas formas, no conozco la casuística de que un equipo de la liga profesional haya jugado un partido con menos de once jugadores y sus correspondientes suplentes. Lo que sí se da (y mucho) es que un jugador se pueda pasar en blanco y sin debutar toda la temporada.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.