La Copa al «fútbol de papá», homenaje a una leyenda del Real Valladolid

Ismael Díez no sabía que la ya famosa frase de José Bordalás: «Esto es fútbol, papá» adquiriría tal valor, como para que terminase por definir buena parte de su relación con su padre, con los amigos y en su propia vida. El mensaje del entrenador del Getafe, convertido en nota aclaratoria para todo en los entrenamientos de los lunes en uno de esos campos de fútbol 7 del Tomillo, en el barrio Belén, traspasó la pasada semana el mero hecho de chascarrillo para resumir una entrada exenta de falta, un golpeo por la escuadra o una jugada de tiralíneas en la cuadrilla de Isma. «Esto es fútbol, papá». Y sí, el balón ha marcado buena parte de la vida de Isma. «Lo lleva en los genes», detallan para definir a este expromesa balompédica de Valladolid, acostumbrado a estar en la agenda del Pucela y de las selecciones provinciales y autonómicas de las categorías inferiores durante años.

No solo era destreza con la pelota, sino la herencia de ese «carácter y carisma», con los que definen los cronistas locales a Antonio Díez Mateo, leyenda del Real Valladolid de los años Setenta, y que falleció el pasado jueves. Es ahí donde la frase de Bordalás adquirió un nuevo sentido para el equipo «de los lunes», ese que se había comprometido a disputar la Donosti Máster Cup, competición nacional convertida en alegato para exjugadores 'veteranos' y de más de 35 años en la que demostrar que el que tuvo puede seguir teniendo.

Inmersos en la preparación del viaje y del torneo, llegó el doloroso golpe de la muerte de Toño, a los 72 años y después de no poder superar un trombo del que fue operado.

El equipo de 'papá' dejaba aparcado el torneo por unas horas tras la trágica noticia, que dejaba a su capitán más que tocado y con la participación del combinado pucelano en la competición donostiarra, un lugar en el que precisamente el propio Toño dejó huella al jugar en el Michelin de Lasarte, y ser nombrado ciudadano honorífico en el Ayuntamiento de Hernani.

En tierras donostiarras vive ahora su hijo, y allí decidió viajar su equipo, con el nombre de 'Fútbol Papá', ya sin tintes 'bordalianos' y como homenaje al mítico fútbolista blanquivioleta que, de una manera u otra, marcó al hijo del futbolista de Las Delicias, pero también a buena parte de toda la cuadrilla que se dio cita el pasado fin de semana en los campos de Matigoxotegui de Irún.

Los vallisoletanos derrotaron en los octavos de final al vigente campeón, Restaurante La Historia de Madrid (2-0), mientras que en cuartos y en las semifinales se encomendaron a su portero y a su acierto en los penaltis para dejar en la cuneta al Covylsa vasco y al equipo francés de Le Bon Jouet.

En la final, y ante los veteranos del Real Unión, el CD Roca, los pucelanos levantaron el trofeo con un solitario gol de Adri que fue «para Toño» junto con una corona de flores de todo el FÚTBOL PAPÁ.

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