¡Confiad en Sergio!
A banda cambiada ·
Valora el autor el cambiante estado de los seguidores del equipo, a lo que el simple resultado es capaz de hacer variar su manera de pensarJesús Moreno
Miércoles, 2 de octubre 2019, 18:03
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A banda cambiada ·
Valora el autor el cambiante estado de los seguidores del equipo, a lo que el simple resultado es capaz de hacer variar su manera de pensarJesús Moreno
Miércoles, 2 de octubre 2019, 18:03
Se atrevió a cuestionar en redes soce habían introducido las dos llaves. Esas que, colocadas a cierta distancia una de la otra, precisan de dos personas para moverlas; esas que, al girarse ambas al mismo tiempo, hacen que automáticamente se disparen todas las alarmas como ... en las crisis nucleares. Los encargados de accionarlas habían tragado saliva, se miraban fijamente mientras gotas de sudor se deslizaban por su frente, aguardaban tensos a que alguien diera la orden. Pero aquella no llegó. Los goles de Míchel y Plano, en definitiva, la victoria del Real Valladolid en Cornellá tuvo el mismo efecto que la llamada de última hora del gobernador a quien se encuentra en el corredor de la muerte. Que el golpe de corneta del Séptimo de Caballería. Que la mano salvadora de Superman recogiendo a la chica pocos segundos antes de que esta toque el suelo.
Lo del domingo sirvió para que aquellos síntomas de ansiedad y nerviosismo que se empezaban a visualizar entre la prensa y los aficionados quedaran aplazados sine die. Hoy ya no se discute sobre si el equipo se encierra en su área en demasía de manera voluntaria o si esto es producto del empuje rival. Ahora se asumen con razonable naturalidad aquellas palabras que pronunció en su día Sergio Kresic según las cuales, cada partido encierra muchos mini partidos dentro, y el éxito o el fracaso dependerá de la manera en la que el equipo sea capaz de gestionar cada situación a la que se enfrente durante los noventa minutos. Pasar de dominador a dominado y a la inversa como parte del propio fútbol.
Con la victoria del último fin de semana se recuperaron esas sensaciones que, no hace tanto, permitieron al equipo salvar la categoría el año pasado, justo cuando habían aparecido los primeros momentos de indecisión. Y, sobre todo, como escribió el maestro Javier Yepes, el triunfo en Barcelona sirve para reforzar la figura de un cuerpo técnico que clavó el transcurrir del encuentro. Tantas veces fue puesto duda en los últimos tiempos -olvidando el pasado reciente pero también el presente inmediato- y otras tantas salió airoso en el peor momento. Propongo que -a modo de recordatorio para cuando regresen los malos tiempos, que lo harán- desde el club se plantee una figura similar a la de ese ciego que, en la Edad Media, vestido con harapos y agitando una campana, advertía de la perdida de fe y de la llegada del apocalipsis: ¡Arrepentíos, insensatos, y confiad en Sergio González!
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