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Mucho corre el cuentakilómetros de un futbolista a lo largo de una carrera profesional, pero sus orígenes son los que en la gran mayoría de los casos marcan a fuego su futuro. Sea cuestión del azar o no, el caso es que la Operación Oikos ... reunió en el día de ayer a tres jugadores que iniciaron de la mano sus trayectorias en el mundo profesional.
Tanto Borja Fernández como Carlos Aranda y Raúl Bravo, considerado por la investigación como el cabecilla de la trama, coincidieron en la temporada 2001/02 en el Castilla cuando el filial del Real Madrid conquistó el título de la Segunda B en el grupo III con López Caro al frente. Aquel año empezaron a forjar una amistad que se fue consolidando con el paso de los años. Nada menos que cuatro estuvo Borja, dos en el filial y dos en el primer equipo;otros cuatro vistió de blanco Aranda, uno en el C, otro en el Castilla y dos más en el primer equipo; y un total de once militó Raúl Bravo en el Real Madrid, cinco en el filial y seis más en el primer equipo.
En el vestuario poco coincidió Borja con Aranda, solo un año, y bastante más con Raúl Bravo, con el que consolidó una relación desde que ambos contaban 14 años –ahora tienen 38– que han ido alimentando con el paso del tiempo. No extrañó por lo tanto esta misma temporada que Raúl Bravo se dejara ver por los Anexos de vez en cuando para visitar a su gran amigo.
Aunque sus carreras les llevaron por distintos caminos, ambos mantuvieron una estrecha amistad. Mientras Aranda se convirtió en el futbolista que ha militado en más equipos de LaLiga (Osasuna, Zaragoza, Albacete, Sevilla, Villarreal, Levante, Granada y Numancia), Bravo probó fortuna en distintas competiciones europeas, principalmente Grecia (Olympiacos, Veria y Aris de Salónica), y Borja repartió su trayectoria entre España y la India.
Ahora los tres están señalados por la investigación de la Operación Oikos. En el caso de Aranda, detenido en Málaga, «habría participado en los amaños de partidos en connivencia con su amigo Raúl Bravo», se apunta desde la Policía. «Ambos reclamaban una deuda a otro jugador por un amaño en un partido que no habría llegado a producirse. A pesar de anticipar el dinero, el resultado esperado no se produjo, por lo que ambos supuestamente presionaron a su contacto en el equipo implicado. Incluso, se habría producido una 'contraoferta' por parte de la plantilla de dicho club para amañar otro partido», según fuentes judiciales. Aranda, a quien la Policía vincula con dos casas de apuestas, era investigado en Málaga en otra operación, por presunto blanqueo, aún abierta, «y en el transcurso de la misma salieron a relucir los supuestos amaños de resultados de fútbol».
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