Paulo Pezzolano, entrenador del Real Valladolid
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Paulo Pezzolano, entrenador del Real Valladolid
«Soy competitivo hasta cuando juego con mis hijos»Joven (cumplirá 40 años este mes de abril), Paulo Pezzolano (Montevideo, Uruguay; 25-04-1983) es ambicioso, con ganas de crecer y competitivo, muy competitivo, una característica que trata de transmitir a sus jugadores. De palabra fácil, aunque prefiere que los hechos primen sobre su capacidad ... oral. Podría estar horas y horas hablando sobre cuestiones tácticas, pero para el nuevo técnico del Pucela lo importante, más que las palabras, es que el trabajo se vea reflejado en el campo.
–¿Cómo ha sido su debut en el banquillo del Real Valladolid? ¿Se esperaba un partido así?
–Obviamente no esperábamos tantos goles, tuvimos momentos buenos, momentos que no fueron tan buenos... Lástima se nos fueron esos tres puntos en la hora por una pequeña acción, un detalle defensivo pero también un poquito de esa suerte que hoy en día no nos está acompañando y que ya va a tocar en los momentos decisivos que sea de nuestro lado. Lo importante es que por momentos se vieron cosas buenas, esa reacción que tuvo el equipo después de ir perdiendo 1-2 y darle la vuelta. Me quedo con esa rebeldía, que hoy en día no alcanzó, pero sí que habla que el equipo anímicamente va a dar la vuelta a todo esto que no está saliendo a favor.
–Una de las cosas que no le habrá gustado fue encajar esos tres goles...
–Si encajamos tres goles y marcamos cuatro, no pasa nada… Lo que nos cuesta hacer un gol y lo fácil que parece para el rival. Pero sí, son detalles que hay que mejorar. Son hábitos que hay que cambiar. Estamos para eso, para trabajar todo eso; lo vamos a ir viendo y vamos a ir mejorando como equipo.
–¿Se plantea reconstruir el equipo desde atrás para que sea más sólido, más consistente? Ahí está la opción de Hongla como central…
–Somos un equipo que no está armado para eso. Sería un error muy grande querer armarlo desde el bloque bajo e intentar estar cerrados desde el bloque bajo porque el perfil de jugadores que tengo en el medio campo, mismo los zagueros, no es de hacerse fuertes en el bloque bajo dentro del área, sino jugar de otra manera, que es la que nos gusta más y en la que estamos convencidos. Tengo que saber trabajar ese bloque bajo porque hay rivales que son superiores y tenemos que ser competitivos, tratar de armar desde las virtudes que tenemos como equipo, dentro del modelo de juego. A partir de ahí creo que será más fácil lograr los resultados y no cambiarle la cara drásticamente a algo que no están acostumbrados y al tener tan pocas fechas, puede ser contraproducente al cien por cien.
–¿Cuál fue la razón por la que se decantó finalmente por Masip y no por Asenjo para ocupar la portería? ¿Pesaron los seis goles del Bernabéu?
–No tiene nada que ver. Cuando yo repaso a los dos jugando, y como lo hablé con Asenjo, los detallitos de Masip me dan un poco más tranquilidad. Sabemos el arquerazo que es Asenjo, lo que es para la institución y sabemos de su carrera, pero lo importante es que esté preparado para la próxima vez que le toque jugar y hacerlo de la mejor manera. El fútbol son momentos y vimos que era el momento de Masip. No tienen nada que ver los seis goles que encajó ante el Real Madrid.
–Otro detalle del partido fue el juego de Larin, de espaldas, para sacar a los zagueros de su posición... ¿es algo puntual, le gusta que sea así?
–Es fundamental, salir, pivotear y aguantar el balón cuando el equipo no tiene aire. Los rivales a veces te llevan a eso. No perdió ningún balón y eso es lo que busco en cada posición, ser competitivos de principio a fin. No convirtió, pero si logró espacios para que convirtiera Monchu por ejemplo. Esas cosas que no se ven para mí son mucho más valiosas que las que se ven. Fue un gran partido de Larin.
–Otro cambio. El de la ubicación en el banquillo. Dice que es para estar más cerca del cuarto árbitro y del auxiliar. ¿No teme que le expulsen en alguna de estas en las que se exceda?
–Nunca les he faltado al respeto. Les puedo preguntar mucho y tener mucho diálogo con ellos, pero nunca faltando al respeto, que para mí es lo más importante porque el entrenador lo puede vivir al cien por cien, con la pasión con la que tienes que vivir, pero nunca haciendo cosas fuera de lo normal.
–Iremos conociendo al Pezzolano entrenador pero ¿cómo es el Pezzolano persona?
–Mucha empatía, muy exigente, con mucha ambición, con muchas ganas de crecer. Y competitivo al mil por ciento. Mis hijos son chiquitos y si juego a algo con ellos estoy compitiendo y si juego a a algo con el que sea fuera de fútbol, estoy compitiendo y quiero ganar. Me enseñaron que cada cosa que hagamos hay que ganar y eso es lo que quiero que se vea en el campo, esa ambición y esas ganas de competir al cien por cien. Es lo más importante.
–Por cierto ¿ha tenido la oportunidad de hablar con Pacheta? Si le tuviera enfrente, ¿qué le diría?
–No he tenido la oportunidad y tampoco creo que sea el momento de molestarle. Más adelante si que me gustaría conocerle, por la persona que es, por lo que ha conseguido acá dentro, el cariño de toda la gente, de los jugadores... No es fácil conseguir lo que consiguió como persona, que es lo más importante en la vida. Si él me abre las puertas algún día tomaré un café y hablaré con esa persona a la que todo el mundo quiere.
–¿Qué mensaje le daría al aficionado?
–Como mensaje, ninguno. Si yo soy un aficionado lo que quiero es que el entrenador venga y haga que el jugador juegue. Lo único es que apoyen en los momentos más difíciles y después lo único que tenemos que hacer demostrar. Que sean positivos depende de nosotros.
– Aunque lleve pocos días, ¿qué impresión le ha causado el equipo y la ciudad?
– La ciudad la conozco de ir del hotel a comer. No mucho más. Y del equipo, contento por la recepción que he tenido de la gente que trabaja en el día a día del estadio, en todos los sectores y por cómo están todos trabajando para el objetivo que es conseguir la permanencia. Podemos hablar muchas cosas, pero lo más importante es demostrarlo dentro del campo.
– ¿Cómo es el día a día en la vida de Paulo Pezzolano?
– Familia, trabajo, mi día a día es levantarme muy temprano, ser el primero en llegar al trabajo, estar tres horas, tres horas y media antes, aunque el tiempo no marca nada si no sabes qué hacer. Me gusta caminar, sentarme a tomar un café donde sea... Me van a ver muchos por todos los lados, y si no pues en casa con la familia y mucha tranquilidad.
– Si para usted cada partido es una final, quedan diez. ¿Es el mayor reto al que se ha enfrentado en su carrera deportiva?
– Estamos para aceptar esos desafíos y para demostrar que se pueden lograr cosas buenas a pesar del momento del equipo. Venir al Real Valladolid lo tomo como una oportunidad, como algo que me ha presentado la vida y obviamente no lo voy a dejar pasar.
– Cuando el arbitraje perjudica al equipo ¿es partidario de mantener una postura moderada o de dar guerra?
–Los árbitros son seres humanos. Yo me voy a equivocar, los jugadores se van a equivocar, los árbitros también. Somos humanos y todos cometemos errores. Hay que estar por encima de eso, así es el fútbol y no hay que pensar que hay acciones de mala fe.
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