Cómodo triunfo copero del Real Valladolid en Ibiza

Ya es sabido que Ibiza y Real Valladolid nunca se habían enfrentado, hasta esta temporada, en ninguna de las categorías de la Liga española. Solo han medido sus fuerzas en dos eliminatorias coperas, ambas claramente resueltas en favor de los vallisoletanos. Una en la temporada 1971-72, de la que ya hemos hablado en esta serie de artículos, y otra en la 1992-93, en cuyo primer encuentro quedó encarrilado el emparejamiento copero.

El partido al que nos referimos se jugó en el campo de Can Misses el 1 de octubre de 1992, justo cuando acababa de producirse el cambio de Boronat por Saso en el banquillo blanquivioleta. Pese a que lo que importaba era la Liga, y más concretamente el partido inmediato que había que disputar en Éibar, los futbolistas del Valladolid vieron en el partido de ida de la eliminatoria copera, una ocasión muy buena para ganarse la confianza del nuevo técnico.

Aunque el Ibiza militaba en 2ª B y no parecía un rival complicado, el tándem técnico que formaban Saso y Moré no se fió y presentó una alineación con muchos de los titulares habituales de la etapa de Marco Antonio Boronat. Y como desde el principio, los vallisoletanos quisieron dejar claro quién mandaba en el partido, el Ibiza estuvo a merced de lo que hiciera o dejase de hacer el rival.

Además, el árbitro expulsó a Suárez, dejando a los locales con un hombre menos desde el minuto 23, lo que allanó el camino a un Valladolid que por entonces ya contaba con ventaja en el marcador, gracias al tanto marcado por Alberto a los 9 minutos.

Como las cosas pintaban bastante bien, el Pucela no necesitó pisar el acelerador y trató de guardar las fuerzas para el cercano partido liguero contra el Éibar. No obstante, aún jugando a medio gas, la superioridad técnica era tan evidente que debía reflejarse en el tanteador, y así a los 61 minutos, Amavisca colocó el 0-2 con un gran remate que Pascual no pudo detener.

Poco después, a los 75 minutos, Oliver redujo diferencias marcando el gol balear, que dio bríos al hasta entonces inofensivo Ibiza, porque como el árbitro restableció el equilibrio de fuerzas con la expulsión de Martín, a los 78 minutos, hubo un rato en que tanto el público como los jugadores locales pensaron en que aún era posible la remontada.

Claro que aquella reacción solo duró hasta que Alberto marcó el tercero a cinco minutos del final, cortando de raíz las ilusiones locales. El Valladolid fue muy superior y prácticamente dejó resuelta la eliminatoria, que en el partido de vuelta no varió las diferencias porque los dos equipos estuvieron más pendientes de defender que de atacar, concluyendo con empate a cero.

Dirigió el partido el catalán Barrueco Moreno que, como se ha dicho, expulsó con roja directa a un jugador de cada equipo. Las formaciones de ambos equipos fueron éstas:

S.D. IBIZA: Pascual; Zamora, Montiel, Padilla, Vicent; Artabe (Toro 73'), Liébana, Jiménez, Ormaechea; Suárez y Cristo (Oliver 73')

R. VALLADOLID: César; Martín, Najdosky, Walter Lozano, Patri (Alfonso 86'); Amavisca, Rachimov, Cuaresma, Castillo; Onésimo y Alberto.

Tras eliminar al Ibiza, el Valladolid prosiguió su andadura copera apeando sucesivamente al Real Burgos, Cartagena y Albacete, cayendo en cuartos de final frente al Barcelona, cuando era el Dream Team, que dirigido por Johan Cruyff, ganó dos Copas de Europa y cuatro Ligas consecutivas.

Los azulgranas ya habían solventado el compromiso en el partido de ida disputado en «Zorrillla» con un 1-3 que cerraba cualquier esperanza a los blanquivioletas. Guardiola, Laudrup y Salinas marcaron los goles barcelonistas, y Onésimo hizo el del Valladolid.

En el «Camp Nou» con muchos suplentes, el Valladolid aguantó francamente bien hasta que Brito Arceo expulsó a Martín y, ya en superioridad numérica, el Barsa superó el lance con un contundente 3-0, con goles de Carreras y dos de Julio Salinas.

Los azulgranas ganaron la Liga, pero no pudieron hacer el doblete que perseguían, ya que el Real Madrid les eliminó en semifinales y luego ganó la final al Valencia.

El Valladolid, por su parte, puso un broche de oro a aquella temporada que había empezado mal pero que terminó muy bien, con el ascenso a primera, tras la agónica victoria blanquivioleta en Palamós.

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