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Clubes vivos y comprometidos
Pausa de hidratación ·
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Pausa de hidratación ·
La Fundación del Athletic ha financiado la publicación de la novela 'Togo' de su futbolista Óscar de MarcosMe ganan los clubes que se manifiestan vivos. Aquellos que se resisten a ser una mera caja registradora sin sentimiento ni emociones, que trascienden del fútbol y se embarcan en iniciativas que conectan con el mundo real. Y esta semana me ha dibujado una sonrisa ... la presentación de un libro en Bilbao. Uno más ni no fuera porque lo firma el futbolista Óscar de Marcos, que gracias al proyecto 'Letras y Fútbol' que financia la Fundación del Athletic se lo ha contado a los aficionados en el bar Más grande del mundo, situado en la plaza Moyúa de la capital vizcaína y dedicado al club rojiblanco con todo lujo de detalles que alcanzan hasta una reproducción de San Mamés con forma de futbolín.
Se trata de una novela autobiográfica, 'Togo', en la que De Marcos cuenta sus peripecias durante los días en los que trabajó como cooperante. «Estando allí un día tiré un balón por encima del larguero y al ir a buscarlo caí en la cuenta de que solo yo llevaba zapatillas y que ellos iban descalzos», se sincera De Marcos en la presentación. Reacio a trasladar sus vivencias al papel, «cuento cosas que solo le habría dicho a un amigo», dice el futbolista que las dudas no desaparecen nunca de la carrera de un profesional y que el hecho de afrontarlas de joven le han ayudado a vencerlas más adelante.
Contadas o no negro sobre blanco, estas confesiones sirven para pinchar esa burbuja en la que flota el fútbol y ayudan a derribar ese muro que le separa de lo terrenal. Un club sensible con lo que le rodea es un club mucho más cercano a la masa socialque lo sostiene hoy y que lo debe sostener mañana.
El fútbol dispone de infinitos resortes y posibilidades para hacer más amable la vida de sus seguidores, que son legión.
Mientras llega y no otra que me gane, uno se sigue quedando con iniciativas que dibujan una sonrisa y remueven por dentro. Como aquella otra en la que los clubes prestaron sus camisetas para hacer batas a los niños que ven la vida pasar dentro de un hospital. Mucho más celebrado y necesario que un gol.
Cobertura televisiva Tokio'2020
Madrugamos en los de Pekín y trasnochamos en los de Río, y en los próximos Juegos de Tokio no sabemos a esta hora si nos tocará adelantar o retrasar el despertador. O, sencillamente, si ya no será necesario dejar a medias el último trago para llegar a tiempo a la cita olímpica. Cita a la que nunca ha faltado el ente público y que hoy, por primera vez en la historia desde que el barón de Coubertin prendiera la llama, mantiene en duda la retransmisión por culpa de la prórroga de los presupuestos que vivimos desde 2018.
Aunque el Gobierno se ha comprometido a destinar una partida de entre 50 y 60 millones, desde Televisión Española no pueden garantizar que los próximos no sean los primeros Juegos invisibles y mudos. Y por lo tanto que usted no vuelva a trasnochar en compañía de la voz de Gregorio Parra como lo hizo con aquella medalla de plata de Fermín Cacho en Atlanta; o con aquel pelotazo que dio Rafa Nadal en Pekín y nos narró Nacho Calvo; la hazaña de Gervasio Deferr en Atenas que la voz de Paloma del Río nos puso el vello de punta; o la de Julia Luna que nos zambuyó en la piscina y hasta nos metió en casa a la mismísima Mireia Belmonte en los últimos de Río.
Real Valladolid
La penúltima vez que enterramos a Franco el Real Valladolid se había ganado a pulso el dudoso honor de ser un clásico de la Segunda División y enfilaba un nuevo intento de ascenso de la mano de Héctor Núñez y una plantilla en la que sobresalía el bigote de Docal, el trabajo de Antonio Santos, el ímpetu de Toño, la calidad de Landáburu y la movilidad de Amarillo. Las páginas de El Norte amanecían con un sugerente titular de Javier González, '¿Situación límite?', después de un empate inesperado ante el Barcelona Atlético. Un Barcelona chico –lo llamaban entonces– en el que todavía militaban Moré y Rusky y que mereció algo más del punto cosechado en el Viejo Zorrilla después de un partido en el que jugadores y trío arbitral lucieron crespón negro y los aficionados guardaron un escrupuloso minuto de silencio y rezaron un Padrenuestro en memoria del Generalísimo.
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