El Real Valladolid ha limitado el número de abonos de esta temporada a 20.000 no por capricho, sino porque de no haberlo hecho así se hubiera expuesto a una fuerte multa por parte de la LFP. La entidad blanquivioleta ha presupuestado unos ingresos ... por venta de entradas de poco más de un millón de euros.
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Las cuentas que se han echado en las oficinas de Zorrilla son muy sencillas: para poder ingresar lo presupuestado es necesario que las visitas de Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid y Athletic Club –los cuatro equipos más taquilleros– dejen en las arcas blanquivioletas casi el 80% de lo fijado en el presupuesto. Para alcanzar esa cifra, habría que recaudar en cada uno de esos cuatro encuentros en torno a los 200.000 euros, y para alcanzar esa cantidad es menester que al menos se pongan 3.000 entradas a la venta, ya que de otra manera habría que poner unos precios tan desorbitados que serían inasumibles por la mayor parte de los seguidores.
Con el resto de la temporada se espera cubrir holgadamente el presupuesto, y más si las televisiones fijan partidos como el del Alavés de la cuarta jornada en un domingo (16 de septiembre) a las 12 de la mañana. Ese horario permite aventurar que el desplazamiento de aficionados vitorianos sea masivo, superior a las 1.600 localidades que el Real Valladolid debe facilitar al club rival.
Siguiendo con las cuentas, con 3.000 asientos a la venta en taquilla y 1.600 para la afición visitante (se vendan o no), y los compromisos adquiridos por el club con los patrocinadores (el Valladolid compensaba a los patrocinadores en estos años en Segunda regalándoles entradas por sus aportaciones económicas), era imposible que se fijara un límite superior a los 20.000 en cuanto a los abonados.
La solución, por lo tanto, para que el club pueda elevar los numerus clausus en este apartado pasan solo porque quienes poseen entradas gratuitas por convenio renunciaran a ellas, algo que parece harto improbable.
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Así las cosas, a los aficionados que hayan entrado en la lista de espera solo les cabe esperar a que los abonados que aún no han activado su carné del año pasado acaben finalmente por no hacerlo. El plazo que estos últimos tienen finaliza el 10 de agosto. A partir de ese momento, según el procedimiento explicado por el real Valladolid en su día, se abriría un periodo de tiempo para que los abonados solicitaran el cambio de asiento –algo que se llevará a cabo los días 13 y 14 de agosto– y a partir del día 16 se iría adjudicando a los componentes de la lista de espera su asiento en el caso de que estuviera disponible.
Los peque abonos, aquellos para menores que no dan derecho a asiento, se contabilizan como carné y están incluidos por tanto en los 20.000, ya que de lo contrario no podrían respetarles un futuro asiento.
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