Las claves de la derrota del Real Valladolid en Cádiz: demasiado poco para una final

Pezzolano apostó por los tres centrales disponibles desde el inicio y el camerunés Hongla por delante. La idea de reforzar la defensa del área propia y ganar contundencia en el juego aéreo tenía sentido ante el previsible bombardeo lateral del Cádiz. El Real Valladolid tenía ventaja numérica cerca de Masip, pero la perdía en las zonas en las que los de Sergio González dan inicio a esas jugadas de peligro. El Cádiz crecía desde las llegadas por fuera y era su principal fuente de ataque. Las superioridades en banda daban al Cádiz la oportunidad de centrar una y otra vez. También a Bongonda para sacar todo el repertorio de regates y remates que nadie era capaz de poner freno. El único futbolista amarillo que hacía cosas diferentes se movía a su antojo y estuvo cerca de adelantar al Cádiz en dos ocasiones antes del descanso.

El mejor jugador del partido al descanso era Bongonda. Era tan evidente que sus internadas llevaban el mayor peligro amarillo que cuesta creer la jugada del primer gol. Es un golazo ante el que de ninguna manera podía responder Masip, pero Bongonda encontró el cielo abierto para asomarse al disparo desde la frontal. Con tres centrales y tres centrocampistas enfrente pudo conducir desde la banda hasta el pasillo central. El doblete del congoleño llegó tras un penalti. El Real Valladolid disponía de un saque de esquina a su favor que terminó con una contra cadista letal de necesidad. Mala colocación defensiva tras la pérdida, mal repliegue y consecuencias nefastas para el Real Valladolid.

El Pucela post descanso mejoró en el juego de la mano de Álvaro Aguado. El '6' quería el balón y lo movía de lado a lado generando mayor presencia blanquivioleta en campo rival, aunque el equipo no terminaba de ser profundo. Con Plata, Kenedy y Machis en el banquillo, el partido pedía futbolistas capaces de darle esa verticalidad al ataque de la que estaba careciendo. Más aún sin Escudero, que tuvo que retirarse en el descanso. Pezzolano dio entrada a Plata por Lucas Rosa dejando el carril derecho completo para el ecuatoriano que pasó sin pena ni gloria por el Mirandilla. Otra lesión de El Yamiq permitió a Kenedy, que tampoco recordará con cariño su partido en Cádiz, tener otra oportunidad sin éxito.

El técnico uruguayo no encontró fórmula de darle a su equipo ventajas ante la defensa cadista y el Real Valladolid se quedó en nada en uno de los partidos más decisivos para su futuro en la máxima categoría.