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Chencho Alonso
Lunes, 3 de abril 2023
Set en blanco. El Real Madrid pasó por encima del Real Valladolid sin necesidad de pisar al máximo el acelerador. Los blanquivioletas se presentaron en el Santiago Bernabéu con una alineación sorprendente en la que se introdujeron cambios colectivos e individuales. Pacheta apostó por un ... sistema de tres centrales y dos carrileros, centrando la posición de Gonzalo Plata y dando la manija a Mesa y Monchu. Un once que dejaba más dudas que certezas y un equipo poco reconocible. El arranque del partido resultó interesante con un par de llegadas por los costados que terminaron en remates de los dos centrocampistas. Mesa la mandó al palo y Monchu no conectó bien el disparo para meter miedo a Courtois. Aquí entregó el hacha el Pucela y no se había cumplido ni el primer cuarto de hora. Arrancó el Real Madrid, llegó el primer gol de Rodrygo y el equipo se desvaneció. La reacción fue no reaccionar y seguir tumbado en la lona. El Real Madrid empezó a jugar a placer aprovechando los inmensos espacios que existían entre las líneas blanquivioletas, incapaces de cerrar las recepciones de los atacantes madridistas. Benzema marcó el segundo hattrick más rápido de la historia de LaLiga en menos de siete minutos y los blancos terminaron el partido rematando más que nunca desde el año 2012. Fue otra incomparecencia blanquivioleta a domicilio y ya van…
1
El técnico del Real Valladolid propuso una alineación con tres centrales en la que Fresneda era el central diestro y Luis Pérez y Lucas Rosa los carrileros de largo recorrido. Protegía Pacheta el sector que atacaría Vini Jr. con dos hombres específicos de la posición y dejaba el carril izquierdo para el brasileño. Una alineación con tres laterales derechos en la que los tres estaban desnaturalizados. Los tres centrales y los tres centrocampistas, con Plata ayudando por dentro, debían ser una complicada barrera difícil de rebasar para el equipo madridista, pero nada más lejos de la realidad. Era otra vez la peor versión del Real Valladolid, esa que ya habíamos visto más veces desgraciadamente. Con el cuatro a cero al descanso, Pacheta ejecutó un triple cambio que dejó al equipo con un 4-2-3-1 en el que Kike Pérez era el extremo izquierdo para acercar a Óscar Plano al delantero en una posición intermedia. De nuevo, un arranque bueno con otro disparo al palo de Kike y una opción de remate de Plata, con un Real Madrid sesteando que reactivó a los blancos para seguir buscando más goles. Nada funcionó al entrenador, pero muchos jugadores no estuvieron a la altura del encuentro.
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A pesar del gran número de futbolistas que el Real Valladolid acumulaba en la parcela central, el Real Madrid no encontró dificultades para transitar rápido hasta el área de Asenjo. Tampoco para hallar a los futbolistas de ataque metidos entre líneas que recibían sin presión y con opción de darse la vuelta y encarar portería. Los movimientos de Asensio, Rodrygo y Benzema sacaban de posición a Hongla, El Yamiq o Joaquín y cuando no lo hacían estaban libres de marca. Alaba o Kroos encontraban a los atacantes y ellos jugando rápido, a uno o dos toques, evitaban cualquier presión.
Presión que fue descompensada y desequilibrada en los movimientos de los defensores del Real Valladolid incapaces de ajustar al equipo en fase defensiva. Los blanquivioletas llegaban siempre uno o dos segundos tarde. La ocupación de espacios resultó muy mala, los jugadores visitantes estaban muy separados unos de otros y el fútbol del Real Madrid se convirtió en inabarcable para este Real Valladolid. Defendió muy mal el Pucela una vez más.
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El Real Valladolid no podía contener la elaboración de fútbol de ataque madridista, pero también se mostró incapaz de hacerlo en la finalización de las jugadas. Los atacantes del Real Madrid llegaban una y otra vez al área de Asenjo para centrar o rematar y ningún defensor pucelano imponía su ley. Una y otra vez los blancos conseguían finalizar las jugadas y cada vez con más facilidad. El tercer gol de Benzema, con un remate de tijera sin marca desde el interior del área pequeña, resume perfectamente esta falta de contundencia blanquivioleta. Zagueros 'fantasma' para los Rodrygo, Asensio, Benzema o Vini Jr. que jugaron a placer en las inmediaciones de la portería del Real Valladolid. La defensa del área pucelana dejó mucho que desear y el Real Madrid terminó el partido con 29 remates, su mayor número en LaLiga desde el año 2012. Demasiada permisividad para un equipo que lucha por mantenerse en la máxima categoría.
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