Cada vez más cerca de lo deseado

Algo que en el mundo del fútbol se suele pasar muy de soslayo y que, por contra, tiene un valor predictivo importante.

¿Estaríamos hablando de igual manera de la «pinta» actual del equipo si ayer hubiésemos salidos pisoteados, en lugar de terminar acogotando al Betis en su propio área? Ya les digo yo que no, y esta vez no me equivoco.

Algo que se acrecentó tras contemplar como Aceves, ¡qué buena noticia!, intentaba en el área bética el remate final en pos del empate. Ya les digo yo que no, y no me equivoco.

Es ahí, llegados a este punto, donde tenemos que situar al actual Real Valladolid de José Pacheta.

Un Pucela ya muy reconocible escuchando una alineación de inicio cada día mas próxima a ser la habitual del equipo blanquivioleta, y que ayer encontró a Cyle Larin en el inicio para alegría de quienes pensamos que debe ser un fijo.

Con ella, y aún a pesar de faltarle al equipo la concentración necesaria para disputar con solvencia ese primer cuarto de hora siempre dificil, el equipo se sacudió el impacto del gol en contra y comenzó a jugar bien.

O lo que es lo mismo: a ser reconocible como ese Real Valladolid de las tres últimas jornadas que ha venido a coincidir con la aparición de los refuerzos invernales.

De ellos, y al parecer por culpa del sóleo, ese músculo tan pequeño y traidor de la pantorrilla, el venezolano ayer no fue el que conocíamos. Algo a lo que se unió la poca participación del juego por esa banda.

Como la plantilla es amplia y compensada en sus elementos, como vengo insistiendo, el equipo continúa estirándose y creciendo, y ayer dejó, como lo hiciera en San Sebastián, una muy buena impresión. Sin puntuar, sí, pero muy buena.

Celta y Español, próximos rivales, nos darán la valoración auténtica de un equipo cada día más cerca del objetivo. Estimo.