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Una victoria. Por fin. El Real Valladolid sufrió de lo lindo para doblegar en Zorrilla a un parapetado Cartagena, un rival muy débil en su línea ofensiva que inquietó muy poco salvo en momentos puntuales. El gol de Iván Cédric en el minuto 89 permitió ... desbloquear a un Pucela que atravesó una travesía del desierto durante la primera mitad, pero que supo sobreponerse a un ambiente muy crispado, con la grada muy belicosa contra Paulo Pezzolano. Los tres puntos insuflan oxígeno a una plantilla que encuentra el alivio buscado. Aunque aún quedan muchos detalles por corregir, visibles en la primera parte, siempre resulta más fácil trabajar con el viento a favor.
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Los dos contendientes se ajustaron al guión previsto de inicio, con mínimos cambios en el once, aunque de calado en el caso del Real Valladolid. Pezzolano optó por quitar del once a Marcos André para formar con Mamadou Sylla en la punta del ataque junto a un brillante Robert Kenedy. Resultó todo un 'shock' inicial porque Marcos André fue el fichaje más deseado del verano y su vuelta al Pucela se contempló como una garantía para potenciar el ataque, pero el uruguayo se decantó por el punta senegalés, que estuvo muy trabajador y apareció con frecuencia en el área, pero no encontró el sendero del gol. La otra novedad de la alineación blanquivioleta llegó en el lateral derecho, con la inclusión de Luis Pérez en lugar de Lucas Rosa (fuera de la lista de convocados). Por lo demás, Pezzolano mantuvo el esquema defensivo 5-3-2, sin cambios en la medular ni en la portería, algo que ya había anunciado. En el Cartagena, Víctor Sánchez del Amo repitió también el 5-3-2 que planteó ante el Real Zaragoza, con la única novedad de Luis Muñoz como central en detrimento de Gonzalo Verdú y mantuvo al sueco Isak Jansson (en principio un futbolista de ataque) en labores de carrilero por la derecha.
Real Valladolid:
John; Luis Pérez, Boyomo (Raúl Moro, m.59), Gustavo Henrique, David Torres, Escudero; Iván Sánchez (Quintana, m.92), Juric (Meseguer, m.59), Monchu; Kenedy (Cédric, m.82) y Sylla (Marcos André, m.59).
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Cartagena:
Marc Martínez; Jansson (Musto, m.61), Luis Muñoz (Alarcón, m.78), Alcalá, Fontán, Arnau; Hector Hevel, Jony Álamo (Kiko Olivas, m.82), Jairo; Ayllón (Lautaro, m.61) y Ortuño (Umaro, m.61).
Goles: 1-0: Cédric (m.89)
Árbitro: González Francés (Comité Las Palmas). Amonesto a Fontán, Monchu, Sylla, Escudero.
Otros datos: Estadio José Zorrilla. 16.138 espectadores. Sexta jornada de Liga en Segunda División. Se guardó un minuto de silencio por las víctimas del terremoto de Marrucos y de las inundaciones en Libia..
El Real Valladolid sufrió mucho en una primera parte con varias fases diferenciadas, en medio de un clima cada vez más hostil. Durante los primeros minutos trató de hacerse con la pelota ante un Cartagena muy duro que optó por parar con faltas las acciones pucelanas. La amarilla a Fontán por una falta a Iván Sánchez en el minuto 3 retrató las primeras ideas de los visitantes. El problema del Real Valladolid pasaba por la circulación de la pelota, a través de Stanko Juric, un pivote defensivo no especialmente dotado para la creación. El fútbol dejó de fluir y el equipo blanquivioleta se encomendó a las acciones a balón parado, el maná en situaciones de ofuscamiento.
Sylla gozó de una gran ocasión en una jugada de pizarra tras una falta botada por Monchu, pero el senegalés se enredó a la hora de rematar y no logró tocar la pelota cuando estaba solo delante de Marc Martínez. No fue la tarde Sylla, por más que lo intentara. La ocasión se marchó al limbo, todo un lujo para un equipo que vive atascado arriba.
El Real Valladolid se fue empequeñeciendo de mala manera ante el enfado creciente del público de Zorrilla, sometido a una tortura futbolística cada vez más intensa. Sólo Kenedy logró levantar algunos aplausos en la grada en medio de la preocupante silbatina.
El juego del Real Valladolid entró en una fase de atasco. Al equipo de Pezzolano se le fundieron todas las luces, la grada se impacientó aún más y se recrudecieron los gritos para pedir la marcha de Pezzolano. El Cartagena trató de aprovechar los incendios locales para hacerse con la posesión del balón, aunque no llegó a tener el filo necesario para causar daño. Los jugadores del Pucela empezaron a perder pases fáciles y la situación amenazó con descarrilar definitivamente cuando el portero John Maciel no pudo atajar un disparo flojo desde la frontal, la pelota se le escurrió y, tras golpearle en la rodilla, acabó con un gol de Ortuño. Afortunadamente para los intereses locales, el árbitro apreció fuera de juego y todo se quedó en un tremendo susto, aunque la pifia de John Maciel volvió a resultar de órdago. El público ya no se lo perdonó durante todo el partido.
Esa acción despertó bruscamente al Real Valladolid, que entendió que no podía seguir contemporizando y ofreciendo una imagen impropia de un equipo profesional. Fue Kenedy el encargado de enarbolar la bandera ofensiva. El delantero brasileño se lió la manta a la cabeza y exhibió algunos detalles de la excelsa panoplia de detalles técnicos que atesora. El Real Valladolid empezó a embotellar al Cartagena, que quiso guarecerse para atar el punto del empate.
El vendaval ofensivo local permitió recuperar el favor de la grada. Sylla intentó una chilena y remató a la madera. Kenedy culebreó por la zona de ataque con mucho veneno. Los dos técnicos optaron por triples cambios y variación de dibujo: el Pucela pasó a un 4-4-2, con las entradas de Víctor Meseguer en la medular, Marcos André como 'nueve' y Raúl Moro como extremo percutidor. El Cartagena logró ralentizar el ritmo del partido, antes de que el Real Valladolid volviese a asediar el área de Marc Martínez en el tramo final. Moro desbordó una y otra vez por la banda izquierda sin que el Efesé encontrase la manera de pararlo. Sin embargo, el gol no aparecía. Buenas jugadas acabaron con malos remates. El nerviosismo iba en aumento hasta que Monchu sacó el enésimo córner, Marcos André prolongó en el primer palo e Iván Cédric, recién ingresado al césped, conectó con el balón para rubricar el 1-0. Corría el minuto 89 y el delirio se apoderó de grada, césped y banquillo. El Pucela aún tuvo que sufrir en el tiempo añadido, en el que pudieron marcar Umaro y Musto, pero el Cartagena pagó su racanería arriba y no obtuvo un botín que habría resultado injusto. El Real Valladolid aún no parece un candidato al ascenso, pero nada energiza más que un triunfo. El crecimiento con victorias siempre resulta más fácil. De momento, el Pucela ha vuelto al camino de los resultados positivos. Ahora toca mejorar el rendimiento del equipo para jugar más y mejor al fútbol.
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