Resultadismo

Eso sí, del pasado partido se sacan conclusiones positivas. La primera es que supimos recomponernos del duro golpe de recibir un gol tan pronto. Ver a un equipo que se tropezaba con una peseta y caía aparatosamente, levantarse como lo hizo es mi primer clavo al que me agarro. La segunda conclusión positiva que saco es que quizá no tengamos la plantilla tan corta como alguno, incluido el entrenador, quiere ver. Es posible que Valladolid sea como cualquier otra ciudad española donde los chicos jóvenes también saben jugar al fútbol.

La tercera conclusión positiva que saco es que hay cosas que parece ser que sabemos hacer bien. Y que cuando más veces las repitamos, más posibilidades de éxito habrá. El pasado partido el primer y último gol vienen de una jugada parecida. Igual que el gol contra el Rayo o el de la primera jornada contra el Espanyol. Sólo nos falta mejorar el porcentaje de acierto.

La cuarta conclusión positiva que saco es que, jugadores señalados por la afición tienen más compromiso de lo que se debería suponer. Hablo por una reacción que yo mismo tendría. Ante una llamada a la desmotivación, que aparezca precisamente el efecto contrario me ha llamado la atención. Hay algún caso perdido, pero mayoritariamente, creo que hay más remeros que anclas.

Con todo esto y con una competición muy igualada, creo que hay motivos para seguir creyendo. Ahora vienen dos partidos de los que no espero mucho. No los doy por perdidos, pero no espero ganarlos. Que si eso ocurre no vuelva a cundir el desánimo y la negatividad. Sólo estaremos en segunda cuando las matemáticas lo digan. Empeñarnos en descender en octubre es algo que no debe ocurrir. Espero que la realidad sea mejor que las predicciones.