Real Valladolid: ¿Y ahora qué?

Pero nada ni nadie me ha convencido de qué forma se puede mejorar el proyecto del brasileño. De hecho, creo que el principal problema, que es el deportivo, no muestra que todo sea un desastre ya que a dos descensos le han acompañado dos ascensos. Y si a todos se nos llena la boca con eso de que mantenerse es más fácil que ascender, pues hemos hecho lo realmente difícil dos veces y a la primera. Además me da mucho miedo el modelo de negocio que estos entramados empresariales tienen pensado. Lo vimos aquí que la primera decisión severa fue impulsar un atraco al que finalmente dieron marcha atrás. Por eso sí, estos que tenemos al menos escuchan.

La segunda es saber quién va a pilotar al equipo. Tras lo visto esta semana y el tour de Pezzolano por los medios locales, tengo claro que va a ser el uruguayo. Ya dije hace tiempo que no me volvía a subir a la «Pezzolaneta», pero si es lo que hay tendrá mi apoyo como lo ha tenido este año. Porque mi crítica hacia él y sus métodos y sus modos siempre fue constructiva y por escrito o en mis colaboraciones en esRadio, pero nunca en forma de gritos o insultos en el estadio. Así que le deseo toda la suerte del mundo, a él y a los médicos para que no tengan que trabajar este año y tengamos a toda la plantilla en orden la mayor parte de la temporada. A mí me parece un error, porque el límite de la frustración es muy bajo con Pezzolano y no creo que sea el mejor ambiente para trabajar, pero...

Por último qué equipo queremos. Yo tengo claro que no podemos ni debemos fichar a otros veinte futbolistas cada año. Tenemos una plantilla que ha ascendido y que yo creo que lucharía por mantenerse con algo más que dignidad. Retoques, como siempre y sustituir a los que se van. Y si es posible dar oportunidades a los nuestros. Que no sean siempre los jóvenes de otras canteras los que despuntan. Si en otros equipos con más exigencia los canteranos cumplen, en el nuestro también.