Con la primera derrota llegan las primeras dudas. A mí esto siempre me genera un cierto desasosiego porque creo que hay gente que cree que vamos a ganar los cuarenta y dos partidos y al primero que fallamos saca el Sr. Miyagi que lleva dentro ... y se pone a dar cera. El viernes caímos derrotados ante un buen Zaragoza con un partido bastante decente de los nuestros. No se puede decir que fuese un partidazo, pero tampoco la basura que muchos nos quieren convencer que hicimos. La crítica que se puede hacer al partido del pasado viernes es que volvimos a fallar en lo mismo que nos llevó al descenso; nuestros fallos en ambas áreas.
Pero hay cosas que han mejorado. Por ejemplo las ganas. Hasta el error del penalti no pitado que nos sacó del partido jugamos un partido de tú a tú, sin miedo y con los galones que da el ser favorito. La temporada pasada acabamos la liga sin tirar a puerta en los tres últimos partidos y esta temporada aparentemente por lo visto en los dos primeros partidos la cosa ha cambiado.
Hay muchas cosas que mejorar. Es cierto que queda tiempo, pero veo detalles que nos pueden convertir en un buen equipo. Ese es el detalle, el de la palabra equipo. El caso es que cualquiera de nosotros se ha convertido en experto en la Segunda División y ya debemos saber que suben los equipos que juegan como tal. Por eso me gusta el discurso de Pezzolano. Ya he comentado que yo me lo habría cargado incluso antes de acabar la temporada, pero reconozco que esta pretemporada he visto a otro míster. Quizá al que llegó y hablaba de fútbol en las ruedas de prensa. Está haciendo el equipo que él quiere y necesita. Igual que Pacheta.
Los partidos se ganan en el campo y no en las ruedas de prensa, pero al campo puedes salir derrotado o convencido. No sé en qué va a devenir el resto de la temporada, pero la idea de hacer un equipo y del compromiso que nos ha enseñado el míster, es muy importante.
Hay que tener claro que el compromiso no mete goles ni los evita. Decía Ted Lasso en esa maravillosa serie del mismo nombre que «ser entrenador es algo parecido a ser padre. Sólo tienes que esperar que tus hijos hagan lo que les has enseñado».
Y ahí estamos, dando mimbres a un entrenador que quiere hacer cosas para una afición que quiere alegrías. A ver si todo va saliendo según el plan.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.