¿Todos iguales?

No se trata de justificar la situación del Real Valladolid con lo perpetrado en los despachos con el Barça. Todos los que no tienen comprensión lectora o critican por el sacado de un artículo como adelanto de lo que trata el artículo para las redes sociales sin haber leído la pieza pueden irse a dar un paseo por la plaza. Se trata de criticar el doble rasero que sufren clubes que juegan la misma competición. Para empezar el hecho de que no todos sean sociedades anónimas deportivas o haya regímenes fiscales distintos ya me parece devaluar una competición. La Ley del Deporte en 1990 se creó para dotar de mayor transparencia y control a las estructuras del deporte profesional. Si las instituciones hacen dejación de ese control con determinados equipos, flaco favor le hacemos a la competición. Lo que no entiendo es que los dirigentes de 'los otros 18' callen y otorguen. Creo que es el momento de dar un golpe sobre la mesa. Aquí sabemos lo que significa que el club no sea de los socios. Seguro que nos gustaría a todos volver a ser el Real Valladolid Deportivo y poder echar al presidente de turno a los cuatro años si no cumple. ¿Qué ocurre? Que cuando era así la situación era peor y nos obligaron a ser S.A.D. Por eso es inconcebible que quien ha tenido que recalificar una ciudad deportiva para sobrevivir o quién está vendiendo su alma a plazos puedan competir en las mismas condiciones que quien es rehén de sus dueños.

El control financiero es bueno. Nos iguala a todos y hace que el deporte sea algo más justo. Si nos saltamos las reglas y no descendemos a los tramposos a no ser que el tramposo sea el Elche, flaco favor hacemos a la competición.