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Tic Tac. Las agujas del reloj se congelaban, hoy era el día, el día en el que el futbol femenino se tornaba en una fiesta. Dos equipos vallisoletanos, Real Valladolid Simancas y Atlético Lince, se daban cita en el Estadio José Zorrilla, tan imponente, tan ... magnífico, brilla más si acoge una jornada que quedará para la posteridad. Era el segundo encuentro femenino que se disputaba en el coliseo blanquivioleta.
El recibimiento estuvo a la altura, se destaparon las bengalas violetas para recibir al equipo. Del autobús bajaron las jugadoras todas ellas con una sonrisa radiante, chocando las manos a quienes se habían acercado a apoyarlas. En sus brazos, Leyre sujetaba a la mascota del equipo, un lobo enfundado con la bufanda del Real Valladolid Simancas. Quien sabe si también ocuparía un lugar en el asiento del banquillo.
El entusiasmo por acceder al estadio se hizo notar, los asistentes fueron ocupando sus asientos. De entre la multitud destacó una marea naranja. Gorro, camisetas, sudaderas que brillaban del color del Atlético Lince. Allí estaba Soraya, madre de María Hernangómez, la central del conjunto lagunero. «Somos una segunda familia, en cualquier partido vamos con el color naranja, Queremos trasmitirlas que es una experiencia única, queremos que salgan a luchar y que disfruten del fútbol», apunta una madre orgullosa de ver a su hija pisar el césped del estadio de su corazón.
Saltaba con emoción Juan Carlos. Aún era pronto para ocupar su asiento. En su rostro se apreciaba el orgullo de ver a su hija Paula Martín. Esos nervios hicieron que su cuerpo no parara de moverse. «Tengo el sentimiento de orgullo por ver a mi hija aquí, pero también de envidia», confiesa Juan Carlos, quien inscribió a Paula como socia del Real Valladolid a la edad de 6 años. Como se dice, de casta le viene al galgo y no podría ser de otra forma. La familia se ha recorrido miles de kilómetros por ver a su Pucela, lo llevan en la sangre. El sentimiento es único si se trata de ver a tu hija saltar a calentar al campo donde tantas emociones han confluido.
Tres pancartas de grandes dimensiones se veían en la grada. «Aúpa Pucela» o «Sheila, tu camiseta por un hornazo», seguro que despertaron una carcajada a Maka. La capitana del Real Valladolid Simancas vive su segunda temporada en el equipo. Ya vistió los colores blanquivioletas en las temporadas 2009/10 y 2010/11 cuando el conjunto blanquivioleta disputaba la denominada Superliga.
Mientras se esperaba el pitido inicial, el grupo 'las chicas' acompañado de las bailarinas de la escuela de baile 'Cristina Redondo en escenario' amenizaban la espera con su flamenco y arte. Talento musical precedido que precedió al talento futbolístico.
Con los dos contendientes sobre el césped. Noelia y Maka se fundían en un efusivo abrazo. «Disfruta y a por los tres puntos», se dirían la una a la otra. Las veteranas del equipo han disfrutado de las mieles del fútbol, pero también de los sinsabores como las lesiones, descensos o derrotas dolorosas.
En la otra orilla y bajo palos se encontraba Sara Prieto, central del Atlético Lince que tuvo que enfundarse los guantes en una situación inusual. Recientemente, el club lagunero ha fichado como arquera titular a Yanira Díez, analista táctica del club y entrenadora de porteras en el Real Valladolid Femenino, pero no pudo ocupar su puesto.
Ante la gran afluencia de público fue necesario abrir la Grada Sur, padres y madres compartían con sus hijos e hijas cada jugada del encuentro. El destino quiso que las goleadoras de la primera parte tuvieran pasado lagunero. Hace apenas un año vestían la camiseta naranja, ahora afrontan un nuevo reto con la blanquivioleta. Duque se encargó de descorchar el partido en el minuto 23 con un latigazo cruzado, lo primero que hizo fue dirigirse a la grada, besar el escudo y señalar a sus padres. Acción-reacción. Llevar la camiseta del equipo de tu vida enorgullece y más si has crecido viendo al equipo de tu ciudad. La delantera se acercó al banquillo y alzó la camiseta de Lara, cuya lesión en el menisco le ha privado de jugar. El Real Valladolid Simancas se soltó, Paula Arratia ganó un balón a la espalda y no falló en el mano a mano para establecer el 2-0. Pero Carmen Duque, inconmensurable, se relamía cada vez que tenía la pelota en sus pies y al filo del descanso armó su pierna para agrandar la brecha.
Que siga el show. El Atlético Lince trató de juntar sus líneas, pero Paula Arratia diseccionó la defensa y en un disparo desde el costado derecho anotó el 4-0.
El nombre de María aparece en la historia blanquivioleta por ser la primera futbolista en anotar gol en el José Zorrilla y un año más tarde lo volvió a hacer, esta vez para anotar el 5-0. Sandra Luego asume el bastón de mando para cerrar las goleadas, lo hizo el 12 de marzo de 2023 cuando anotó el 3-0 definitivo. Al séptimo gol ante Atlético Lince lleva su firma.
Siempre ha dicho que se siente un vallisoletano más y los pequeños detalles le delatan. Anuar es corazón y alma vallisoletana. Se acercó al estadio para disfrutar de la fiesta del fútbol femenino. Como uno más en la grada, celebró cada gol sin perderse ni un solo detalle.
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