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No hay que llamar a la mala suerte, pero nunca está de más recordar que por mucho que el Real Valladolid tenga en su mano la permanencia en Primera División y se juegue su primera bola de partido por ella ante un Rayo Vallecano ya ... descendido, no es la primera vez que se encuentra en esta situación y no siempre ha salido bien parado de ellas.
El domingo a las 18:30 horas pueden lograr su objetivo los de Sergio en Vallecas, como pudo hacerlo el Pucela de Antonio Santos en la antigua Condomina de Murcia en la temporada 2003-2004 y el de Juan Ignacio Martínez en el Benito Villamarín en la 2013-2014, con murcianos y sevillanos ya en Segunda División. De esos dos antecedentes salió el conjunto blanquivioleta derrotado (2-1 y 4-3, respectivamente) y en ambos casos terminó perdiendo la categoría, al ceder también a sus rivales por la salvación la iniciativa en la tabla clasificatoria.
En el conjunto primero entrenado por Fernando Vázquez y después por Antonio Santos estaba Jonathan Martín Carabias, aún en activo y actualmente en las filas del Guijuelo de Segunda División B. El central salmantino fue el autor del gol de Pucela y reconoce que el empate de los locales, «en la jugada siguiente», les pesó mucho. «No perdimos la cara en ningún momento al partido, pero en una jugada aislada nos hicieron el segundo gol, que nos quitaba la posibilidad de depender de nosotros mismos en la última jornada, que es lo peor que te puede pasar», relata. Como recuerda Antonio García Encinas, periodista de El Norte y cronista de aquel encuentro, el conjunto blanquivioleta llegaba a aquel choque con el agua al cuello, después de completar una buena primera parte de la liga y confiado en salvarse ganando dos partidos desde muchas semanas antes, «pero entró en una racha en la que era incapaz de vencer a nadie». «Era el primer día de Antonio Santos en el banquillo e intentó hacer una cosa muy extraña incluyendo a Javi Jiménez en la convocatoria aunque estaba fuera de forma, poniendo al central Pablo Paz como mediocentro y con Losada en punta, que no estaba completando un buen año, lo que formaba un equipo demasiado defensivo», rememora.
Encinas recuerda además cómo Luis García celebró «como si acabase de ganar la 'Champions'» el gol que tumbó definitivamente a los pucelanos, lo que da pie a una sospecha que también tiene Jonathan, asegurando que «puede que el Murcia recibiera alguna llamada», aunque reconoce que sobre el césped podía apreciarse «la diferente intensidad con la que ambos equipos afrontamos el choque». «Nadie regala nada en el fútbol y tampoco un recién descendido», asegura el jugador, que destaca que la gran diferencia con el pucela actual pasa porque éste «depende de sí mismo, de su trabajo y de su rendimiento», lo que para él «es lo más importante».
Diez años después la historia se repitió por desgracia para el Real Valladolid, en esta ocasión en su visita al Betis de la penúltima jornada de la Liga 2013-2014. «Todo empezó perfecto, con un gol de Javi Guerra a los cuarenta segundos de empezar el partido y ante un equipo ya descendido que jugaba en su estadio pero con poca gente y que además estaba enfrentada a la directiva. Parecía que iba a ser un día fácil», recuerda el periodista de El Norte Arturo Posada, presente aquel día en el Benito Villamarín.
No obstante, las cosas empezaron muy pronto a torcerse y en una tarde de temperaturas extremas en Sevilla el equipo local fue capaz de igualar el duelo hasta en tres ocasiones y terminó por remontarlo con un gol de Juanfran desde el centro del campo en una falta directa que supuso el 4-3. «El Real Valladolid encajó cuatro tantos ese día, pero era algo que le pasó en varios encuentros de aquella temporada», recuerda Posada, que también señala que aquel choque está incluido en el llamado caso Osasuna, en el que además de varios directivos del club rojillo se sentarán en el banquillo los futbolistas Antonio Amaya, Jordi Figueras y Xabier Torres, por aquel entonces en el conjunto verdiblanco y acusados de recibir dinero por vencer al conjunto pucelano y después dejarse ganar por Osasuna.
Javi Baraja, entrenador del Real Valladolid Juvenil A
Óscar González, exjugador del Real valladolid
Jonathan martín Carabias, jugador del Guijuelo
«Fallamos demasiado delante del portero y perdimos en la última jugada», recuerda Javi Baraja, en el banquillo pucelano aquel día. El exfutbolista y actual entrenador del Real Valladolid Juvenil A considera que «lo ideal es jugar con calma» un partido de estas características, pero lo considera «una utopía, porque la competición te lleva a estar tensionado». No obstante, pese a aquella mala experiencia, Baraja está convencido de que en esta ocasión no ocurrirá lo mismo porque «la dinámica actual es muy diferente». «El equipo está concienciado y las circunstancias son muy distintas a nivel clasificatorio; lo tiene en su mano por mucho que parezca que la situación es parecida a aquella», asegura. Pese a todo, y conocedor «del club y de la afición» de un conjunto del que fue segundo entrenador junto a su hermano Rubén, Baraja considera que el equipo de Paco Jémez «se querrá despedir de la mejor manera, aunque el ambiente será diferente del que pudiera haber en cualquier otro partido».
El equipo blanquivioleta jugará en Vallecas a la misma hora en la que se enfrentarán Girona y Levante y a la que el Celta visita al Athletic de Bilbao y el Villarreal recibe al Eibar, en una jornada de las de radio pegada a la oreja. Pese a que el destino más próximo del Pucela se juega en todos esos campos a la vez, consideran los exjugadores que dentro del campo esta circunstancia no influye. «Lo vive peor el que está en el banquillo o en la grada porque al que está jugando no le da tiempo a pensar en ello», asegura el entrenador del conjunto de la cantera blanquivioleta que juega sus partidos en División de Honor. Para él, «lo importante es que cada jugador se centre en lo que tiene que hacer y después, al final del partido, ya se verá lo que ha pasado».
Coincide en estas afirmaciones Baraja con su excompañero Óscar González, presente tanto en el partido de Murcia como en el de Sevilla, que asegura que «aunque el futbolista no sabe durante el juego lo que pasa en otros campos, en el descanso sí que se suele enterar». Para el salmantino, exjugador de Real Valladolid, Real Zaragoza y Olympiacos, la semana previa a un partido de estas características se trabaja «como una más», aunque reconoce que los pucelanos tienen que ir concienciados al partido porque «el Rayo completará un partido normal y corriente, sin jugarse nada, y eso les puede hacer mucho más peligrosos». También Óscar opina que la situación no se va a repetir ahora porque el Real Valladolid «está muy bien y practica buen fútbol». «Solo cambiaría sus últimos quince minutos, porque ceden tanto el protagonismo al rival que pueden perder», afirma aún sabedor de que esta actitud en la recta final de los partidos «es normal, porque ante el Girona o el Athletic sabían que iban ganando y era momento de guardar».
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