Los arbitrajes en el fútbol están tan desnaturalizados que depende de cada árbitro, y de cada sala VOR, señalar o no penalti en una mano en el área. Con las imágenes por medio, el brazo extendido de Saúl Ñíguez para interceptar un balón en el ... Real Valladolid-Atlético de Madrid sólo puede interpretarse como una pena máxima en contra del futbolista rojiblanco. Las Reglas del Juego 2022-2023 de la IFAB resultan diáfanas. Se considera infracción si el jugador «toca el balón con la mano o el brazo cuando la mano o el brazo se posicionen de manera antinatural y consigan que el cuerpo ocupe más espacio». «Se considerará que un jugador ha conseguido que su cuerpo ocupe más espacio de manera antinatural cuando la posición de su mano o brazo no sea consecuencia del movimiento de su cuerpo en esa acción concreta o no se pueda justificar por dicho movimiento. Al colocar su mano o brazo en dicha posición, el jugador se arriesga a que el balón golpee esa parte de su cuerpo y esto suponga una infracción», especifica la reglamentación.
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Saúl no necesitaba extender la mano hacia atrás para frenar una pelota que llegaba al área, al igual que Carles Aleñá no necesitaba extender los brazos mientras caía en el Espanyol-Getafe para tocar el balón de manera antinatural en la misma jornada. En este segundo caso, el colegiado Sánchez Martínez, alertado por la Sala VOR, sí pitó el penalti contra el Getafe. En el caso del futbolista del Atlético, ni Mateu Lahoz ni Estrada Fernández, que estaba a los mandos del VAR, quisieron ver la infracción.
Aunque la norma es clara y el penalti también, los árbitros del encuentro Real Valladolid-Atlético de Madrid se agarraron a una circular emitida por el Comité Técnico de Árbitros el pasado verano. Aquí se recordaba que «si el balón proviene directamente del despeje del compañero y el balón llega inesperadamente a otro defensor, impactándole en la mano o brazo» no se considera infracción. El balón que toca Saúl llega tras un córner botado por el blanquivioleta Sergio Escudero que toca levemente Nahuel Molina sin variar apenas la trayectoria y con su compañero Saúl a varios metros de la jugada, por lo que no se puede considerar «inesperado». El brazo está extendido en posición antinatural y el penalti es claro. Tampoco resulta válido el argumento de que Saúl tiene el brazo en retirada porque en el Real Valladolid-Mallorca a Cyle Larin le pitaron un penalti cuando el balón le impactó en la mano (menos extendida que la de Saúl) y también trataba de retirarla. Los colegiados sobre el césped y el VAR siguen generando polémica con decisiones muy arbitrarias.
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