El borrador de la pizarra

Análisis ·

«Me frotaba las manos viendo jugar juntos a Michel y Mesa y me frotaba los ojos viendo a Plano en imagen de doble espejo jugar de media punta… ¡con Toni a su lado! ¡Uno u otro, pero los dos no!»

Javier Yepes

Miércoles, 20 de enero 2021, 08:48

Solíamos, ignoro en la actualidad, los entrenadores de la vieja escuela plasmar en la pizarra del vestuario las últimas consignas acerca del sistema de juego y sus desarrollos guiando con flechas los movimientos de balón y jugador. En esas charlas quedaba claro que de seguir ... las instrucciones la jugada acabaría en gol, el remate sería certero y la victoria caería de nuestro lado. No conozco a ningún colega que a instancias de su sistema haya perdido de antemano el partido propuesto.

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La cosa cambiaba en la realidad porque el míster rival había hecho lo propio en la suya, ya fuese electrónica, de rotulador o simplemente de tiza de cal.

En el descanso vuelta a empezar sobre lo escrito si la cosa no funcionaba, y vuelta a poner flechas aclaratorias.

Cuando no se quería añadir mucho más se recurría al viejo tópico del «venga coño que esto lo damos la vuelta, que no son tan fieros, que podemos…! ¡Seguimos igual pero vamos a echarle narices!».

La heroica se quedaba flotando en el aire… y a ver qué pasaba. Mientras, ibas pensando que en diez minutos metías gente nueva para arreglarlo… y ahí ya sí.

Llegado el tiempo de descanso de ayer tarde, me imagino que no variaría mucho la cosa y que Sergio tenía clara la situación. Antes, y durante 45 minutos nos sobraba uno abajo y nos faltaba otro más arriba.

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Míchel y Toni tomaban el centro del campo junto a Mesa y comenzaba la remontada, al menos en lo que a juego y disposición táctica se refiere. Cinco minutos y gol de Weissman que los neogestores del fútbol –ese deporte que nunca jugaron con sala de recreo incluida–, inhabilitan por no ser el israelí persona amputada del miembro superior. Una prostitución en toda la regla del viejo fútbol que a estos nuevos gurús del juego les ha dado por realizar… ¡con campos vacíos!

Me frotaba las manos viendo jugar juntos a Míchel y Mesa y me frotaba los ojos viendo a Plano en imagen de doble espejo jugar de media punta… ¡con Toni a su lado! ¡Uno u otro, pero los dos no! ¡Ni dos dieces ni dos nueves juntos, que eso no existe! Míchel Herrero, en una acción aislada, y Joaquín, en otra, nos dieron el empate. Y Alcaraz fantástico jugando ahí, para demostrar que los buenos juntos siempre juegan bien. Y es que cuando veías la pizarra al acabar pensabas: «lástima de borrador, ¡si empiezo el partido con los cambios…!»

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