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Chispas despedía aquel 28 de mayo de 2019 y humo echaba en la mañana de hoy el teléfono de Borja Fernández, que recibía de manos del juez el auto que oficializa de su desvinculación del caso Oikos sobre la presunta trama de amaño de partidos ... .
490 días han pasado entre aquella escena en la que salía esposado de su domicilio en el centro de Valladolid, por la puerta principal y con un fotógrafo apostado, y todo el proceso intermedio que ha debido sufrir no le ha hecho callo a Borja. Sigue tan presente que la última, según asegura, «ha sido la peor semana de todas» a nivel mental. «Empezaba ya a desesperarme con todo porque veía que no llegaba el día, pero sobre todo por el tema laboral». Por su reingreso en el mundo del fútbol, ahora en los despachos, después de más de cuatrocientos días formándose en dirección deportiva y gestión de clubes. «Yo ya sabía lo que había y en ese sentido estaba tranquilo porque la tónica general era de confianza en mí, tanto por parte de los que me conocen como de la gente de la calle, salvo determinados medios de comunicación. Lo único que me preocupaba era no poder trabajar», apunta.
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Un escenario que quedó congelado aquella mañana en la que debía viajar hasta Madrid para reunirse con Ronaldo y dejar claro tanto las condiciones como su labor en el Real Valladolid, y que confía en retomar en cuanto sea posible. De hecho esta misma mañana se ha intercambiado mensajes con Ronaldo para trasladarle su alegría por la noticia. «Me ha apoyado mucho y ha estado pendiente en todo momento. No hemos hablado de la parte laboral», señala, pero reconoce que le gustaría retomar su vida en aquel punto. El club archivó, de hecho, el expediente abierto en julio de 2019.
«Teníamos muy claro cuáles iban a ser mis funciones y ahora he pagado durante este último año y medio por algo que no hice. He aprovechado todo este tiempo para formarme en gestión y dirección deportiva», comenta, añadiendo que en ese tiempo ha tenido varias opciones laborales sobre la mesa.
No le va a ser fácil a Borja pasar página y cambiar de chip sobre un asunto que por otro lado no se detiene en el último auto del juez emitido esta mañana. Aquella imagen saliendo esposado de su domicilio, las noches en el calabozo,... «Voy a hacer todo lo que esté en mi mano. Ha sido un atropello y todo un acoso y derribo. Es verdad que hay buenos profesionales pero mi concepto de la policía ha cambiado bastante. No metieron el coche en el garaje para sacarme de casa y había gente esperando para hacer la foto y en ese sentido tengo bastante claro que se buscaba dar notoriedad», se lamenta, reafirmándose en su postura de seguir hasta el final.
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