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Hubo un tiempo, allá por 2003, en el que cuatro aficionados del Real Valladolid decidieron crear una web que sirviera de encuentro a los seguidores del Pucela. Internet aún era un territorio por explorar y estas cuatro personas (Miguel Ángel García, Carlos Sacristán, Carlos Yéboles y Juan Carlos Gil) lanzaron Blanquivioletas.com «un lugar creado por y para aficionados». El foro ganó tracción y se convirtió en un lugar de conversación virtual. «Allí entraban los periodistas, los representantes, los padres de los jugadores, los futbolistas de la cantera y hasta los del primer equipo del Real Valladolid. Surgían noticias, algunas de las cuales nutrían nuestra 'home'. En la parte informativa, el club se portaba muy bien:nos facilitaba acreditaciones y había un fotógrafo de Blanquivioletas que estaba todos los días en el césped», recuerda Miguel Ángel García, uno de los impulsores del proyecto.
Internet se concebía entonces como un espacio de libertad absoluta, con pocas restricciones. Pero los problemas no tardaron en aparecer. En el foro había de todo, también insultos, y los moderadores se vieron obligados a multiplicar esfuerzos. La web de El Norte de Castilla ya lo había hecho antes, filtrando los comentarios (no se publicaban hasta que no se aprobaban internamente) y este control supuso el auge de Blanquivioletas.
«Nosotros también nos encontramos con el problema de los 'trolls' y no sabíamos muy bien cómo gestionarlo», explica Miguel Ángel García. «Los 'trolls' que tenía El Norte de Castilla en su web llegaron a Blanquivioletas y tuvimos que controlarlos nosotros con una red de moderadores. Fueron años muy intensos, pero gratificantes. Estábamos bien valorados a nivel informativo, nos llegaban noticias de diversas fuentes, teníamos reconocimiento del club y, especialmente, de los aficionados que sentían la necesidad de interactuar. Nosotros éramos entonces el único medio para hacerlo».
Con el paso del tiempo, Blanquivioletas.com empezó a tener problemas con el propio Real Valladolid. «El punto determinante fue un artículo de opinión que escribí yo y, a partir de ahí, nos quitaron la acreditación, aunque no nos habían avisado ni tampoco nos habían dicho que no fuésemos por esa línea. Por otro lado, recibimos un correo electrónico desde una cuenta de Hotmail en el que nos decían que nos iban a denunciar por lo que publicábamos si no nos retractábamos. Dimos la oportunidad de que los afectados escribieran dando su versión, pero no lo hicieron».
Blanquivioletas.com sufrió una crisis interna y los creadores se preguntaron qué eran exactamente. ¿Una marca? ¿Una peña? ¿Un lugar donde publicar contenidos?
El inicio de las redes sociales, especialmente Twitter, empezó a restar influencia al foro. Dos de los cuatro pioneros abandonaron el proyecto y se decidió apostar por una línea más periodística a partir del año 2010, de la mano de Jaime Cosgaya (licenciado en Periodismo) y Jesús Domínguez, estudiante de Derecho que se disponía a cambiar de carrera para cursar también Periodismo. «Entre Miguel Ángel, Jaime y yo pergeñamos la idea», recuerda Jesús Domínguez. «Entre 2010 y 2011 hay una transición a nuevo formato, con un cambio interno para contar con más gente. Entró, por ejemplo, Raquel Gómez. Yo me hice cargo de la dirección en septiembre de 2011 porque tanto a Jaime Cosgaya como a Miguel Ángel García se les hacía imposible compatibilizarlo».
Blanquivioletas.com mutó de una web con el foro como espacio estelar a cubrir con una línea más informativa la actualidad futbolística local. «Las ruedas de prensa del primer equipo, crónicas, reportajes... Con el paso de los años fue convirtiéndose en una cantera de periodistas deportivos y más de 50 graduados o licenciados en Periodismo hemos pasado por Blanquivioletas. Entró Sergio Sanz, que ahora trabaja en el Real Valladolid, y también Víctor Álvarez, que llevó las redes del Parquesol y ahora está en Madrid en asuntos de comunicación. Empezamos a cubrir la División de Honor y, poco a poco, el fútbol femenino, donde fuimos precursores. Íbamos conociendo gente. El Parquesol, por ejemplo, lo cubría Anabel Morán, que estudiaba Periodismo y jugaba en el propio Parquesol», relata Jesús Domínguez.
Con el nuevo giro de la web, se restableció la buena relación con el Real Valladolid. Aunque el club no les acreditó oficialmente, sí estableció fórmulas para que desarrollasen su labor. «Valoraron mucho el trabajo de cantera y el propio club se fue sensibilizando. Cuando empecé, para Mario Miguel y Mariano Mancebo [los dos responsables de comunicación del club entones] yo era 'Superjesu', mi 'nick' en el foro. Miguel Ángel García, por ejemplo, era 'Moralejez'. Pasamos de ser cuatro frikis de internet a que, poco a poco, el club entendiera que había licencias que debían darnos porque cubríamos una parte de la actualidad a la que no llegaban los grandes medios».
Durante 2017 y 2018, Blanquivioletas.com vivió su auge en esta segunda etapa, pero los redactores de la web encontraron acomodo en otros trabajos de manera profesional (y, por tanto, pagada). A la nueva hornada de periodistas, el viejo formato ya no les seduce. «Nuestra generación está en otro punto profesional y las nuevas generaciones tienen un concepto diferente del periodismo, más enfocado a redes sociales o a lo audiovisual. No emplean tanto tiempo en formarse para escribir en un 'blog' con información pura, sino que miran más al entretenimiento. Antes no importaba tanto escribir gratis para aprender. Ahora prefieren ver al 'youtuber' de turno y los que quieren ser periodistas deportivos aspiran a descubrir al nuevo Neymar o ser los más frikis desgranando al Salerno, por ejemplo».
Estas circunstancias y un agotamiento del liderazgo llevaron a Blanquivioletas.com a anunciar el cese de su actividad el pasado 3 de julio, lo que dejó al fútbol modesto vallisoletano sin uno de sus grandes referentes. La web había encontrado en este nicho informativo su razón de ser. El cierre dejó un poso de tristeza a todos los que trabajaron allí de forma altruista. Los impulsores echaron la vista atrás y observaron el largo camino recorrido, con la sensación de que no se había valorado la revolución que supuso Blanquivoletas, primero como punto de encuentro de aficionados del Pucela y luego como cantera de periodistas.
Twitter e Instagram mandan ahora, pero como apunta Miguel Ángel García «toda la gente de más de 35 años que actualmente escribe en redes sociales en relación con el Real Valladolid estuvieron en el foro de Blanquivioletas de forma más o menos activa». Aquel proyecto cargado de ilusiones ya forma parte de la historia pucelana.
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