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El portero paraguayo Diego Barreto y el lateral izquierdo Saúl García son los dos antecedentes que tiene el Real Valladolid de situaciones similares a la acontecida con Cuéllar. Y ambos casos el club blanquivioleta acabó ganando en los tribunales deportivos y cobrando un dinero ... al que tenía derecho.
Cronológicamente, el primer caso fue el de Barreto. El cancerbero firmó con el Pucela, pero luego vio que podía ganar más dinero fichando por el Almería, y unilateralmente decidió irse al sur de España y no al centro de la meseta. Total, que él y su club, Cerro Porteño, acabaron pagando 1,7 millones a las arcas blanquivioletas, según dictaminó el Tribunal de Arbitraje ratificando una sentencia de la FIFA. No fue fácil cobrar la cantidad, pero se logró. Barreto estuvo cuatro meses inhabilitado para jugar. Actualmente, con 37 años, juega en la primera división de su país y su trayectoria internacional ha sido nula.
El segundo caso es el de Saúl García, un jugador con mucha proyección que militaba en el Racing de Santander en Segunda B. Su velocidad, su capacidad para ganar la línea de fondo y su toque de balón auguraban un jugador con mucho futuro, y el Valladolid le ató en la temporada 2014-2015, pero cuando llegó el mercado de invierno, el Deportivo anunció su fichaje. Demanda por duplicidad y al final del proceso, sanción de un millón de euros para el jugador, que al final acabó pagando su representante por cometer duplicidad de contratos. Saúl militó en el Numancia la pasada campaña y en esta es titular indiscutible en el Deportivo.
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