El Barça no defrauda a su afición en Zorrilla

Un Fútbol Club Barcelona cargado de suplentes salta dormido al terreno de juego del José Zorrilla. Llegó tan tarde a Valladolid que en el minuto uno de encuentro ya tenía el marcador en contra, justo al finalizar la protesta de todo el estadio contra las actuaciones arbitrales y contra el presidente de la Liga, Javier Tebas. Los aficionados culés corearon el pasado sábado en el Camp Nou 'No nos falléis en Pucela' y, en efecto, el Barça se lo tomó al pie de la letra y salió al campo de paseo. El interés blaugrana por la salvación del Valladolid está directamente conectado con el descenso de su rival, el Espanyol.

La falta de los habituales de Xavi se notó desde el comienzo del partido y, más aún, cuando el técnico culé decidió retirar a Ter Stegen (por miedo a que peligrase su Premio Zamora) y Sergi Roberto en el descanso para dar minutos a Iñaki Peña y Franck Kessié. De los usuales en el once inicial blaugrana únicamente saltaron tras el descanso Alejandro Balde, Frenkie De Jong, Gavi, Raphinha y Lewandowski.

El Barcelona no despertó en los primeros compases de encuentro. Sacar el balón jugado desde la portería se les hacía un mundo gracias a la presión de los jugadores del Pucela y a la desgana culé. El Valladolid apretaba en todas las acciones divididas para llevarse duelo tras duelo, jugadas a las que los jugadores de Xavi llegaban tarde constantemente. Sobre el césped se vislumbraba quien se estaba jugando la vida y quien había dado por terminada su temporada.

Tal era el buen hacer pucelano que en el primer minuto de partido se vio con 1-0 en el marcador ante el campeón de liga. Un espectacular centro al área pequeña de Darwin Machís desde la banda izquierda propició que Andreas Christensen encajase la pelota en la portería de Ter Stegen al intentar despejar. Tras él estaba Larin con la caña preparada para hacer el primero, pero no fue necesario porque el balón se coló directo del central culé.

La defensa del Barcelona resultaba poco contundente en las acciones generadas por el Valladolid, no transmitían un ápice de confianza ni en las salidas de balón ni cuando los blanquivioletas encaraban la portería visitante. La situación hacía aguas por todos los lados y Eric García, jugando en una posición que no es habitual (mediocentro), remató el desastre concediendo un penalti sobre Gonzalo Plata. El blanquivioleta quebró perfectamente al defensa dentro del área para armar el disparo con su pierna izquierda, pero éste le zancadilleó en ambas piernas. Pena máxima que convirtió Larin para poner el 2-0 en el marcador.

A medida que iban pasando los minutos, el Barça se hizo con la posesión del balón, pero sin conseguir entrelazar varios pases consecutivos ni generar opciones claras de peligro. En el ataque culé destacó la actuación de Raphinha, que intentó rematar en el segundo palo hasta en tres ocasiones, pero se topó con Masip. El portero del Valladolid se hizo grande bajo los palos durante la primera y fue providencial para sustentar la ventaja en el marcador.

Tras el descanso, el partido se encaminó de la misma manera. Pases fáciles para jugadores de la talla del Barcelona no llegaban a su destinatario, errores en la salida de pelota, pocas recuperaciones en campo contrario y una larga lista de cosas que hoy no le salieron a los culés. Un tercer tanto de Gonzalo Plata dejó KO a los visitantes, que apenas tenían 17 minutos para revertir la situación. El delantero del Pucela recibió un pase a la espalda de la defensa que definió a la perfección por debajo de Iñaki Peña, con el que puso el 3-0.

El único que no falló con su cometido en la noche de hoy fue Lewandowski. Ya cuando el partido estaba muerto y no se esperaba una reacción por parte de los culés, el pichichi de la liga recibió un balón entre los dos centrales locales, dribló a Masip y puso el 3-1 definitivo. Con este gol, el polaco suma 23 en la presente campaña y se aleja con seis dianas más que su perseguidor Karim Benzema.

El tanto del delantero polaco no sirvió para que los blaugranas despertasen. Sin ganas, sin rastro del ADN de La Masía y apabullado por un Valladolid que sabe lo que se juega, así fue el paso del Barça por el José Zorrilla.

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