El Pucela pierde en el descuento ante el Brescia (2-1)

Con un sofocante calor se disputó el encuentro amistoso en el estadio Danilo Martelli de Mantua, a donde el Real Valladolid hizo un viaje relámpago por la mañana en vuelo chárter para regresar nada más terminar el partido. Sergio González apostó por colocar a Fede Barba como compañero en la zaga de un intocable Kiko Olivas, mientras que en el centro del campo daba la oportunidad a De Frutos, con Míchel Herrero y Alcaraz en la sala de máquinas, y con Sandro y Toni como compañeros ofensivos de Guardiola. El Brescia Calcio, recién ascendido a la Liga A italiana saltó dispuesto a imponer su ley ante su afición, pero enseguida el Real Valladolid le bajó los humos apropiándose del balón y comenzando a llevar peligro a la meta de Joronen.

Tras los primeros minutos de toma de contacto, el Valladolid comenzó a hilvanar jugadas hasta que Sandro Ramírez agarró un balón al borde del área que supo llevar a la red con un sorprendente disparo. Era el 0-1 y se hacía justicia a los méritos del Real Valladolid mientras que el propio Sandro se llevaba su buena dosis de moral con el segundo tanto en esta pretemporada.

Quedó noqueado el conjunto italiano y el Pucela pudo aprovechar para aumentar su ventaja, pero la conexión Toni-Guardiola esta vez resultó truncada por la zaga del Brescia. El Real Valladolid se sentía cómodo, pero también cometía en ocasiones errores en los pases que propiciaba el contragolpe italiano. En una de esas acciones, el Brescia combinó bien para desarbolar a la zaga blanquivioleta y empatar el choque a la media hora de juego. Lo acusó gravemente el Pucela, que se vio superado en esta final de la primera parte, si bien la suerte y los palos evitaron que los italianos se marcharan al descanso con una ventaja mayor. Masip se convirtió en el mejor hombre blanquivioleta en estos minutos finales, sobre todo en una gran intervención al filo ya del descanso tras un remate de cabeza de Magnani.

El paso por el vestuario sentó mucho mejor a los blanquivioleta, que volvieron a salir enchufados, especialmente un incisivo Sandro, que volvió loca a la defensa italiana con su velocidad, sus desmarques y sus regates. Todo el equipo blanquivioleta funcionaba y mantenía al Brescia prácticamente en su campo. Sergio dio entrada a Moyano por De Frutos para que Antoñito tuviese más recorrido por la banda derecha y el equipo respondió con nuevas acciones de peligro como un cabezazo de Míchel que se marchó fuera por muy poco. Los italianos intentaban cortar el juego a base de sus habituales marrullerías y ello llevó a una doble tarjeta para Guardiola y su marcador. Y es que el delantero blanquivioleta era una auténtico peligro cada vez que llegaba el balón a sus pies. A punto estuvo de marcar al filo del minuto 70, pero la zaga italiana sacó el balón desde la misma línea de gol.

Los cambios en ambos conjuntos propiciaron un partido de ida y vuelta donde los italianos supieron sacar provecho. Jugando ante sus paisanos, el Brescia Calcio se lanzó en los últimos minutos en busca de la victoria. Morosini avisó a cinco minutos del final con un cañonazo que se estrelló en el poste de Masip. y cuando parecía que el partido terminaría en empate, este mismo jugador acertó a llevar el balón a la red en la última acción del partido.

Tras este partido, el Real Valladolid ya piensa en el Betis, el rival del próximo domingo (21:00 horas) en el Benito Villamarín.