El ascenso de Álvaro Rubio se gana el aplauso de los Anexos

Lejos del foco mediático, y con el riojano ya convertido en timonel del primer equipo tras el adiós de Paulo Pezzolano y el experimento fallido de Diego Cocca, en los Anexos se aplaude la promoción del excapitán blanquivioleta. «Es uno de los nuestros», defienden, en un momento donde aparece aquella frase mágica que repetía una y otra vez un referente para Rubio, como lo era Alberto Marcos. «Hay que estar juntitos». «Pues eso, lo de Marcos, juntitos», inciden desde el entorno de Rubio, que no quiere hacer ruido, «porque no es el momento», valoran.

«Es un hombre de club, y en el club lo saben, de ahí el respeto que tiene del equipo o del resto del staff», agrega uno de los técnicos que ha trabajado con él esta misma campaña. En el vestuario del primer equipo, al margen de los futbolistas, la «coherencia» y «sencillez» del exjugador también se valora, lejos de «inventos».

Tras su retirada, Álvaro Rubio, aceptó iniciar una nueva etapa dentro primero del cuerpo técnico de Luis César Sampedro en 2017 y ya como tercer técnico con Sergio González en 2019. Desde entonces estuvo ligado como profesional en el primer equipo, adquiriendo experiencia con Pacheta o con el propio Pezzolano hasta que en 2023 asumió el banquillo del Real Valladolid B tras la destitución de Julio Baptista.

Ahora, con la oportunidad de dirigir en Primera División, ya hubo voces en la dirección deportiva que defendían la opción de Álvaro para asumir el banquillo blanquivioleta incluso antes de la llegada de Cocca en el mes de diciembre, y más tras la victoria ante el Valencia CF. De hecho, en un primer momento, se planteó que Rubio estuviese ligado al equipo del entrenador argentino hasta final de temporada para favorecer el aterrizaje del nuevo cuerpo técnico y acelerar la 'aclimatación' a la plantilla. No hubo una negativa de Cocca, pero tampoco era una opción que le ilusionase.

Ahora, el ejemplo de Álvaro Rubio es un motivo para creer para otros profesionales de la cantera como Javi Torres Gómez o el propio nuevo entrenador del filial, Manu Olivas, que tienen a uno «de la casa» peleando «en un momento muy duro».