Iago Aspas y Nacho pugan por el balón en presencia de Toni Villa. RAMÓN GÓMEZ

El árbitro acertó al no mostrar amarilla a Alcaraz por su penalti

El árbitro ·

El autor del texto cree que la inactividad y la ausencia de público hicieron que el árbitro Gil Manzano entrase frío en el Real Valladolid-Celta

Juan Carlos Alonso

Miércoles, 17 de junio 2020, 22:45

Volver a dirigir un encuentro después de tres meses y sin público requiere de un extra de concentración. Posiblemente esta fuera la causa por la cual Gil Manzano entró frío al partido y optara por un arbitraje más conservador de lo que nos tiene acostumbrado. En el primer periodo señaló demasiadas faltas (19), apenas dejó el contacto. Alguna de las tarjetas que mostró pudo haberlas negociado por la leve intensidad de las acciones, además del momento en el cual se produjeron donde el extremeño tenía el absoluto control del encuentro.

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El segundo tiempo estuvo más en su línea de dejar fluir el juego. Acertó con mucha seguridad en el penalti que señaló, después de que Rubén Alcaraz desviara con el brazo extendido una prolongación con la cabeza de un rival. Esta circunstancia le libró al pucelano de la segunda amonestación, y por lo tanto de la expulsión, debido a que el balón iba a una zona donde había jugadores de ambos equipos.

Los asistentes se metieron en la zona de Gil Manzano en la señalización de alguna falta. Fruto de ello y dejándose inducir, privó de una clara ventaja en el borde del área al equipo vigués. En definitiva, arbitraje solvente del internacional como de costumbre pero sin la brillantez de otras actuaciones.

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