Anuar y Sylla destacan en la victoria del Real Valladolid frente al Alavés

No tuvo excesivo trabajo y tampoco pudo hacer mucho en los goles. El primero entró muy ajustado al palo tras pasar por las piernas de Javi Sánchez y el segundo fue un golazo. Puso a prueba las pulsaciones de más de uno en alguna acción con el pie.

Si hay algo que caracteriza al lateral derecho del Real Valladolid es la lucha. Trabajó lo suyo, aunque en esta ocasión y sobre todo en la primera parte, no subió mucho al ataque por su banda derecha, en la que en esa fase se encontraba Moro.

No jugó de lateral izquierdo, como podía parecer en un principio, lo hizo de central, formando pareja con Javi Sánchez. No se complicó en exceso y mantuvo el orden táctico y el sacrificio defensivo del equipo cuando había que aguantar el resultado.

Meses después y ya recuperado de su lesión volvió a la titularidad en el centro de la zaga, junto a David Torres. Es importante su jerarquía y sobre todo, que le respeten las lesiones. Con síntomas de cansancio, fue sustituido en la segunda parte por Juma.

Fue la principal novedad en el once de Pezzolano. Algo dubitativo al principio, cometiendo una falta peligrosa sobre un jugador peligroso como Carlos Vicente, fue de menos a más, bien ayudado en esa banda por Anuar. Aguantó el tipo en un partido que no era fácil.

Algo mejor que en anteriores partidos, sobre todo en la segunda parte, en la que estuvo más activo, proyectándose en ataque. Jugó de nuevo por delante de los centrales y recuperó un buen balón que dio origen al tercer gol del Real Valladolid.

Cometió un gran error en los primeros minutos, en una acción que costó el primer gol del Alavés. Un fallo de esos que pesa. Aún así intentó sobreponerse e incluso tuvo una ocasión que desbarato el guardameta Sivera. Luchó hasta que prácticamente se quedó sin fuerzas, siendo sustituido por Meseguer.

Fue el autor de la primera llegada del Pucela nada más empezar el partido. Dejó su impronta en algunas de las jugadas del equipo y marcó, de penalti, el segundo gol de los de Pezzolano, con un lanzamiento al centro, con Sivera ya vencido para un lado. Fue sustituido por Kike Pérez.

Salió de inicio y jugó por banda derecha, aunque no se le vio mucho en la primera parte. En la segunda, ya en la izquierda, fue más el peligroso jugador de otras ocasiones, con internadas que llevan su marca por la banda, creando peligro.

Omnipresente durante el partido. Ayudando a Chasco en la izquierda, corriendo con toda la fe del mundo a por un balón en la jugada que originó el empate, con el claro penalti de Sivera, marcando el tercer gol, y no marcó otro más de milagro. Todo lo hizo bien. Coraje, corazón... muy necesarios en este Pucela.

Ya había marcado en el amistoso ante el Leganés y repitió, esta vez en Liga. Lo hizo de penalti, con un lanzamiento a media altura, ajustado, ante el que nada pudo hacer Sivera. En la segunda parte llevó mucho peligro a la contra, con galopadas en las que salía vencedor. Dio el pase de gol para que Anuar marcara. Fue sustituido en los últimos minutos por Latasa.

El entrenador:

Por mucho que trabaje, el equipo sigue cometiendo errores impropios de un equipo de la máxima categoría. Aún así hay que alabar que no pierde la fe en este equipo que tiene un tanto cogido con pinzas. Apostó por Chasco de inicio y se mantuvo fiel a sus planteamientos. Esta vez salió bien.

También jugaron:

Entró al campo por Amallah para dar un poco más de oxígeno al centro del campo, ayudando a defender el resultado cuando el equipo lo necesitaba.

Salió en la segunda parte por un fatigado Mario Martín. Uno de los primeros balones fue un buen pase a Sylla para iniciar la jugada de uno de los goles del Pucela.

Sustituyó a Javi Sánchez y en los minutos que estuvo en el campo fue un muro para los ataques del Pucela. Muy sólido cuando el Alavés buscaba con ahínco la portería de Hein.

Entró por Sylla en la recta final del encuentro. Muy luchador. En esos minutos volvió a recibir algún que otro recado de los rivales. Ayudó también en tareas defensivas.

Sustituyó a Anuar en los últimos instantes para intentar ayudar a que el equipo aguantara el resultado, entonces favorable por 1-3.