Anuar: «Voy a sudar a morir por volver a Primera con la camiseta del Real Valladolid»

–¿En qué punto está su recuperación? ¿Listo para volver?

– Me encuentro muy bien. La semana anterior a que acabara la temporada empecé a entrenarme con el grupo, pero no querían arriesgar. Ahora debo hacer trabajo de fuerza en vacaciones para volver a tope al principio de la pretemporada. Habrán sido nueve meses de recuperación. Me quedará coger la forma y ponerme a punto.

–¿Se le ha hecho duro?

–Sí, verlo todo lejos del césped se hace muy complicado. Uno siempre tiene ganas de ayudar y afecta no poder hacerlo dentro del campo. Lo he intentado hacer desde fuera, apoyando a los compañeros. Ahora sólo queda mirar al futuro. Tengo muchas ganas de jugar.

–¿Le ha dado muchas vueltas al amistoso ante Osasuna en el que se lesionó en septiembre?

–Sí, sobre todo al principio. Los primeros meses se te viene el mundo encima. Yo estaba en forma y veía que encontraba mi mejor versión. No es plato de buen gusto lesionarte en un amistoso. Una vez pasado el duelo, sólo queda trabajar. La batalla es la de uno mismo.

–El infortunio ha querido que su gran amigo Toni Villa sufriese la misma lesión que usted, precisamente cuando volvió a Zorrilla con el Girona...

–Sí, encima en el estadio que le vio crecer. Qué mala suerte. Para mí ha sido como un hermano, hemos crecido juntos en las categorías inferiores. Me dolió muchísimo que le pasara eso. Las lesiones son parte del fútbol y debemos convivir con ellas. Mantengo el contacto con él, me pregunta cosas y trato de ayudarle en la medida de lo posible. Como dije antes, esta lesión es muy dura y va a depender de él trabajar como el que más para volver. Estoy convencido de que, con la fuerza que tiene, saldrá adelante y volverá a brillar.

–¿Qué valoración hace de su nuevo contrato hasta 2025?

–Estoy feliz. Le agradezco al club la confianza, y más tras la grave lesión que tuve. Confían en mí para ayudar a llevar al equipo a Primera. La blanquivioleta es la camiseta de mi corazón. Llevo aquí desde niño y me hacía ilusión seguir. Me habría gustado que fuera en Primera, pero ahora no hay mayor reto para mí que lograr un tercer ascenso. Sería algo mágico.

–Cierto. Usted ya ha vivido dos ascensos con el Real Valladolid... Ahora volverá a ser uno de los estandartes del nuevo proyecto.

–Sí, será un reto muy bonito llevar al equipo donde se merece. He vivido grandes momentos con esta camiseta. En mi primera temporada como profesional, ya logré un primer ascenso. El descenso no lo viví desde dentro porque esa campaña estuve en el APOEL, en Chipre, pero resultó duro sentirlo desde fuera. Volví y logramos otro ascenso. Esta campaña se marcaba como muy buena, pero me lesioné y me ha tocado vivir el descenso desde fuera otra vez. Creo que todos nos merecemos una alegría el curso que viene y lucharemos para ascender de nuevo.

–¿Qué cree que le ha faltado al equipo para salvarse?

–Hemos tenido tramos en los que hemos jugado bastante bien, con un gran fútbol. Sí que es verdad que en momentos difíciles de la temporada, que todos los equipos pasan, hemos sufrido. Hemos encadenado rachas muy malas y nos ha afectado demasiado. Aun así, llegamos al punto final dependiendo de nosotros mismos. Si hubiéramos sido más competitivos y estables, no habríamos llegado al final jugándonos todo. No creo que fuéramos una de las tres peores plantillas de Primera, pero así es el fútbol. No gana el que mejores jugadores tiene sino el que compite mejor y tiene las ideas más claras. Teníamos que habernos levantado de los golpes que recibimos mucho más rápidamente.

–¿Está mentalizado para jugar en Segunda División?

–Sí, el curso pasado, tras volver del extranjero, ya pude aportar mi experiencia. Marqué cuatro goles y aporté lucha y entrega. Soy un jugador más experimentado y más en forma, y creo que puedo ser una pieza importante dentro del equipo. Yo voy a sudar a morir por esta camiseta. Lo voy a dar todo para estar en lo más alto.

–¿Qué le diría ahora a la afición?

–Que son momentos complicados y que lo siento muchísimo. No se lo merecen porque ellos sí que son de Primera División. Siempre están con nosotros cuando más los necesitamos. Como pucelano que soy a morir, les pido que nos sigan apoyando. Volveremos a sonreír en Primera. Debemos remar todos juntos para conseguirlo.

–¿Cómo ve a Pezzolano? ¿Cómo ha sido su relación con él?

–Desde el primer día ha tratado de inculcar sus ideas, aunque no ha tenido mucho tiempo. Es un grandísimo entrenador, muy capacitado para llevar al equipo a Primera. En el poco tiempo que ha estado, ha trabajado muy bien. Ahora va a coger al equipo desde el principio. Si quiere que seamos un equipo agresivo, que muerda y que seamos dominadores del juego, nos va a ayudar muchísimo. Es un entrenador perfecto para nosotros. En lo personal, siempre se ha acercado a mí. No he podido jugar ni entrenarme, pero me ha transmitido la idea de que él quiere que sea un jugador importante.

–¿Qué recuerdo le dejó Pacheta? En su momento, dijo que echaba de menos a Anuar tras su lesión.

–Ha sido como un padre. Siempre me ha tratado con muchísimo cariño. No sólo en lo privado, también ha tenido buenas palabras para mí en lo público. Eso me emociona. Su destitución me dolió porque era un entrenador que confiaba en mí y me consideraba un jugador importante. Siempre le voy a desear lo mejor. Él nos llevó a Primera. Va a triunfar donde vaya.

–¿Cómo ha cambiado el Anuar que llegó a Valladolid con 13 años?

–Yo era un niño con muchísima ilusión por ser futbolista profesional. Luché para superar obstáculos y etapas muy complicadas. Uno ve a mucha gente quedarse en el camino. Estoy orgulloso de haber llegado al primer equipo. Me siento más maduro, pero con las mismas ideas ya tenía entonces, inculcadas por mis padres, de educación, respeto y humildad.