Anuar, en la rampa de salida del Real Valladolid

No es fácil el papel que tiene Fran Sánchez en este mercado. Por un lado debe conseguir refuerzos, Morcillo ha sido el primero pero no será el único, y por otro debe facilitar salidas de jugadores que hagan sitio a los nuevos. Pero no puede salir cualquiera. Entre lesiones, positivos por covid y carga de partidos, el responsable deportivo del club tiene que cuadrar tantas cosas que cualquier decisión se antoja con doble filo. Por eso Sánchez insiste una y otra vez en que antes de abrir puertas necesita tener todos los datos en la mano. «Tres partidos en siete días, seis positivos por covid, un central que tiene molestias y se retira... Hay que calibrar mucho y tener claras las decisiones de las salidas. No podemos dejar al equipo falto de efectivos o cojeando en algún puesto». Lo dijo varias veces. Remarcando un mensaje que espera cale en los aficionados. Los que salen lo hacen porque lo piden a través de sus representantes y porque el club cree que pueden ser prescindibles en este momento. «La filosofía del club es no perder pontecial y mantner el alto grado de satisfacción con el equipo y la afición». Un principo activo que se va a aplicar con rigor. No está dispuesto Ronaldo a que no sea así.

Es el caso de Anuar. Chema Aragón, director deportivo de los burgaleses, conoce más que muy bien al ceutí y considera que su forma de jugar es el puntal que necesita su plantilla para salir de los puestos de abajo. Los rojillos juegan muy bien, tienen mucho talento, pero adolecen de oficio en muchos momentos y de un jugador capaz de mover el árbol con su despliegue físico. La operación está avanzada, tanto que puede fraguar en cualquier momento siempre y cuando no aparezcan nuevos positivos por covid entre los centrocampistas del Pucela. Algo que se espera que no ocurra. En el momento en que se firme la salida, el club inscribiría a Morcillo.

El otro nombre es Fede San Emeterio, del que ya es público que interesa al Cádiz. En este caso la operación no está clara. El jugador quiere más minutos y sabe que con Pacheta, por la manera de jugar del burgalés, lo va a tener difícil. El equipo amarillo de Álvaro Cervera, en cambio, sí se ajusta como un guante a su fútbol. El problema en este caso es que el Real Valladolid no le ve claro. Al menos a día de hoy. Y de nuevo el argumento de los partidos y del covid. Con Kike Pérez y Alcaraz confinados, con Aguado y Mesa jugando todos los partidos, con Anuar en la rampa de salida, San Emeterio es vital para el miércoles contra el Betis. Pero no solo eso. En una temporada de tantas lesiones, en la parcela más exigente del campo no se quiere cometer errores. Y aunque Joaquín también peude ejercer de medio centro, el almeriense lleva una temporada en lo físico para tener más que mucho cuidado y cuanto más juegue más opciones de que sufra problemas musculares, su gran problema desde que superara el covid.

El tercero que ha pedido salir es Janko. El suizo-gambiano lleva una temporada para olvidar. Lesionado, con minutos esporádicos, sin el respaldo de los aficionados y sin sentirse cómodo en ningún momento en la plantilla y en la ciudad. Su papel es secundario y quiere revertirlo, pero el caso es complicado. Está lesionado y cuando se recupere es posible que tenga que viajar a la Copa de África si su selección sigue viva en el torneo. Y tampoco tiene mucho predicamento en España, aunque algo más en Suiza. Ese es el primer impedimento. El segundo es que si sale deja un hueco complicado de llenar salvo que Iván Fresneda, el juvenil que entrena con el primer equipo, reviente la puerta del vestuario el miércoles ante el Betis. Así que, según el plan de Fran Sánchez, hay que esperar.

Y queda Lucas Olaza. El jugador al que más fuera se ve y que «no ha pedido salir», desveló Sánchez. «Sabe que su rendimiento no está siendo el ideal», señaló, y dejó entrever que si no se quiere ir, no se irá. Y dado que Carnero también puede jugar de central, como Alcaraz, se entiende que no está de más contar con tres laterales izquierdos en la plantilla.