Anuar: «En Grecia podemos salir pero ver las noticias me quita las ganas»

Hay confinamientos y confinamientos, y si uno pudiera elegir un rincón para aislarse del mundanal ruido, la conversación con Anuar (Ceuta, 1995) le haría inclinarse por Atenas. Más concretamente a 25 kilómetros de la gran urbe, en un remanso de paz alejado del bullicio y el ruidoso estilo de vida que persigue a los helenos. En Grecia, con apenas 2.500 contagios y 133 muertes, el encierro es una opción y las medidas, menos restrictivas.

«Desde el principio hemos podido salir a la calle y en mi caso, además de los ejercicios y el plan físico que nos manda el club, salgo a correr unos treinta minutos por el paseo marítimo», explica Anuar –que se levanta cada día con vistas al Mediterráneo–, que desliza que algún que otro día ha podido incluso bañarse antes de volver al confinamiento voluntario. «Veo las noticias de España y como están las cosas, y se te quitan las ganas de salir. De hecho no salgo mucho», reconoce.

Cedido el pasado mes de enero al Panathinaikos, el centrocampista blanquivioleta ha caído de pie desde el primer día. Cuando llegó el equipo ocupaba la séptima posición y en apenas dos meses ha ido escalando hasta la cuarta plaza apoyado en su titularidad. Su irrupción se ha entendido como el trébol de cuatro hojas que necesitaba el club propiedad del armero y dueño de un grupo de comunicación Giannis Alafouzos. «Venía con dudas pero he necesitado poco tiempo para comprobar que ha sido una gran elección. No solo he encontrado buena gente sino también un buen grupo y un entrenador que me ha dado confianza desde el primer día. Además el director deportivo es español (Xavi Roca) y me ha facilitado mucho las cosas en mi adaptación», comenta el canterano del Real Valladolid, que ya ha tenido oportunidad de comprobar el carácter apasionado que gasta el aficionado griego, «sobre todo cuando se enfrentan los grandes o hay derbi». Se refiere Anuar a uno de los grandes partidos de rivalidad que tiene la liga helena, y en el que se vio las caras con Daniele Verde –con el que intercambió la camiseta–. «Compartimos estadio con el AEK y aquí, al contrario que en España, se pueden meter bengalas y el ruido que se prepara es ensordecedor. Pudimos haberles recortado porque van terceros pero nos ganaron».

Al igual que sucede en España, la incertidumbre sobre el final del campeonato le tiene pendiente –en Grecia los seis primeros juegan una liguilla por el título–. «La federación está valorando qué es lo mejor y cuando van a desaparecer los riesgos. Nosotros seguimos entrenando por nuestra cuenta pero yo creo que antes que el deporte está la vida de las personas», sostiene.

Anuar, que mantiene el contacto con el vestuario del Real Valladolid, tiene claro que su prioridad es volver a vestir de blanquivioleta la próxima temporada pese a que el club griego ya ha mostrado su disposición a contar con él. «Si tuviera que volver al Panathinaikos lo haría encantado, pero me gustaría triunfar con la camiseta del Valladolid. Ese es mi objetivo y creo que estoy capacitado, aunque hay que tener los pies en el suelo porque el fútbol cambia de la noche a la mañana», concluye.