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El recuerdo del último partido oficial que Anuar Mohamed Tuhami disputó con el Real Valladolid no puede resultar más agradable: fue el 26 de mayo de 2024, la fecha en la que el Pucela volvió a Primera División tras una remontada de infarto ante el Villarreal B ... . «Sí, es un día que recordaré toda la vida», dice Anuar, aún por estrenarse esta temporada tras pasar por el quirófano en verano. «Tenía muchas ganas de empezar y estaba con la motivación de disfrutar otra vez de la Primera División, pero, desgraciadamente, me salió una hernia inguinal que me ha tenido parado dos meses. El tiempo pasa rápido y ya estoy de vuelta y con muchas ganas de ayudar al equipo. Esta semana tendré una oportunidad».
Anuar se encontraba ya en condiciones de entrar en la última convocatoria ante el Mallorca, pero el nacimiento de su segunda hija llevó a retrasar su vuelta a los terrenos de juego. «Sí, nació Sofía. Teníamos muchas ganas de que llegara al mundo. Fue un día muy feliz. Estuve cerca de mi mujer y vi nacer a mi hija. Son emociones muy fuertes que uno no puede describir con palabras. Justamente la pasada semana yo ya estaba motivadísimo porque iba a ser mi vuelta con el equipo. Ya me veía entrando al campo y volviendo a vestir la blanquivioleta, pero bueno, por circunstancias de la vida se adelantó un poquito la niña. Lo más importante es que todo salió bien. Pude estar ahí junto a mi mujer y ver a mi hija, cogerla en brazos. No dejé de estar pendiente del equipo porque al final yo quería también estar, pero final hay cosas en la vida que son muy importantes y esta es una de ellas», apunta el futbolista.
Ahora, un Anuar feliz en el plano personal aprieta de nuevo el acelerador para retornar al equipo, incluso en una demarcación como la de lateral si resulta necesario. Con Luis Pérez (que se retiró tocado ante el Mallorca) y Lucas Rosa sobreexigidos, la presencia del ceutí ayudará a Paulo Pezzolano a disponer de más opciones.«Sí, siempre he dicho que me considero un jugador muy polivalente. He jugado de medio, en la banda, hasta de lateral puedo cumplir. Creo que por mis condiciones físicas puedo aportar mi granito de arena. Al final, soy un jugador de equipo. Estoy para ayudar siempre. Donde me ponga el míster, voy a intentar dar lo mejor de mí. Si me toca jugar en esa posición, ahí lo daré todo y creo que también puedo hacerlo bien», apunta el futbolista.
Anuar Mohamed Tuhami tiene ganas de lucir el brazalete de capitán, algo que ya hizo en el primer amistoso de la pasada pretemporada ante la Gimnástica Segoviana, antes de que esa misma noche le apareciese la hernia inguinal que le le llevó a pasar por el quirófano. «Para mí es un orgullo y un honor portarlo. Eso de llevar el brazalete son palabras mayores. Los capitanes somos los primeros que debemos dar ejemplo, dar todo en el campo y mostrar compañerismo. Tengo muchas ganas de ayudar. Entrenamos a más no poder. Creo que hay que dar un voto de confianza porque podemos sacarlo adelante».
Anuar no oculta que la situación que atraviesa el Real Valladolid, penúltimo clasificado y con sólo cinco puntos en ocho jornadas, «no es cómoda ni fácil». Sin embargo, considera que el esfuerzo diario y las ideas que transmite Paulo Pezzolano para inculcar que no se puede «bajar los brazos» acabarán ofreciendo los réditos esperados. «Debemos seguir luchando cada balón. Nos hemos mentalizado en los entrenamientos y todos peleamos. Estamos con muchísimas ganas. Creemos cada uno en nosotros mismos. El comienzo no ha sido fácil, pero hay que recordar que siempre hemos conseguido salir adelante en momentos muy duros. Yo creo que esta plantilla es capaz de hacerlo, entonces hay que creer», apunta uno de los futbolistas más carismáticos de la plantilla y respetados por la afición blanquivioleta.
A sus 29 años, Anuar ya no es ningún chaval, sino un jugador de largo recorrido que cuenta con un poso de veteranía y de ascendiente sobre los más jóvenes por su condición de canterano. «Sí, ya soy prácticamente un veterano y eso que hace nada era un chaval. Pero van pasando los años y me voy viendo ya en la retirada… Yo soy el primero que quiere ayudar a los chavales e inculcarles los valores del Real Valladolid. Sé por lo que van pasando porque yo también lo he vivido. Ellos agradecen tener una ayuda y que te lo pongan fácil. Los primeros pasos siempre resultan complicados. Para mí lo más importante es ser el primero en ayudar, pero no sólo a los jóvenes, sino a todos mis compañeros».
Como apunta Anuar, el mayor reto del equipo ahora mismo pasa por una mejoría colectiva que frene la mala dinámica de resultados. Desde fuera, ha observado aspectos positivos en este inicio liguero que el Real Valladolid debe recuperar. «No hemos tenido rivales sencillos y, salvo el día del Barcelona, en el que no salieron las cosas, hemos tenido muchas fases de juego y muchos minutos en las que hemos peleado de tú a tú y hasta hemos sido mejores que los contrarios. Debemos hacer las cosas sencillas: volver a ser un bloque sólido, hacernos fuertes aquí en nuestra casa. Porque con nuestra gente sabemos que somos un equipo duro. Y, a través de eso, ir creciendo poco a poco».
Ahora, con Anuar de vuelta, el Real Valladolid tratará de mostrar de nuevo la solidez perdida. Nadie puede negar que el ceutí se vacía cuando salta al terreno de juego y que siempre ofrece grandes dosis de esfuerzo y pundonor. Su retorno ha de servir para que el Pucela ofrezca la mejor versión competitiva posible.
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